Niñas, víctimas de traficantes de personas

 

Identifica estudio sobre rutas de trata a menores como más afectadas


Hispanic In Philatrophy (HIP) elaboró un estudio publicado por el Senado de la República, en el que da cuenta de las rutas identificadas por organizaciones de la sociedad de dónde son y a dónde van las víctimas de trata de personas en México.

Según el estudio, las mujeres y niñas son el segmento de la población más explotado en las cuatro regiones para el comercio sexual y la servidumbre forzada.

El estudio, titulado “Una mirada desde las organizaciones de la sociedad civil a la trata de personas en México”, identifica a 19 de los 32 estados del país como los principales receptores de personas para la explotación.

Muchas de ellas provienen de África, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Haití, Honduras, Guatemala, Nicaragua, Puerto Rico, Rusia y Venezuela, las que después –junto con mexicanas– son “exportadas” a Estados Unidos y se identifica a la Ciudad de México como centro de reclutamiento.

La captación de mujeres y niñas para la explotación sexual, destaca, y el secuestro de niños para el traslado de droga son las actividades de “desarrollo” que invaden la República.

En el estudio se define trata como la captación, el transporte, el traslado, la acogida, la recepción de una o más personas con fines de explotación, siempre y cuando se recurra a la coerción, fraude, engaño, abuso de poder, abuso de situación de vulnerabilidad o concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra.

En el caso de los menores de 18 años, como lo refiere la Convención de los Derechos del Niño, cuando una situación involucra a una niña o niño no será necesario el elemento de los medios; es decir, únicamente se requerirá la actividad de enganche y la finalidad, para considerarlo trata.

Recordó el documento que las niñas y las adolescentes experimentan una doble discriminación por edad y género.

En la región norte, el estudio señala la existencia de varios focos rojos en los estados donde se obtuvo información, y observa que como común denominador los fenómenos migratorios, las rutas férreas, la violencia y la presencia del crimen organizado que ha aniquilado el estado de derecho.

En tanto, en la región del Bajío identifica a las personas centroamericanas y connacionales del sur del país en situación de movilidad humana que van rumbo al norte y transitan por la región; sin embargo, han optado por otras rutas al toparse con mayor violencia, en especial a partir del 2012, por lo que Aguascalientes se convirtió en los últimos años en foco de destino y tránsito para la trata.

La zona centro es compleja, en virtud de que los tratantes han diversificado su modus operandi y han segregado su operación para hacerla más efectiva y menos visible en varios municipios y estados de la República.

Por lo que respecta a la región sur, agrega, los recursos nacionales e internacionales destinados a la prevención no han tenido un impacto positivo y medible. Guerrero, Tabasco y Veracruz presentan grados de delincuencia y corrupción que no permiten tratar de manera adecuada el delito.

En Campeche, bajo el amparo de ser considerada una de las entidades más seguras del país, no presenta esfuerzos para la comprensión, identificación y combate del delito, no obstante haber sido constantemente señalado como un lugar de tránsito y destino de víctimas.

Piden acciones

En ocasión del Día de la Niña, la Red por los Derechos de la Infancia en México señaló con preocupación las principales problemáticas que viven las niñas y adolescentes en el país, mismas que se han incrementado en situaciones de conflicto, en escenarios de crimen organizado y en momentos de emergencia.

“México continúa siendo un país profundamente machista, que carece de políticas públicas para superar las desigualdades entre mujeres y hombres; haciendo imposible el acceso a seguridad, justicia y superación de la pobreza, entre otras.

“Ejemplo de ello es la negativa sistemática para activar las alertas de género en diversas entidades y la politización de la misma; sin considerar la urgencia de ofrecer respuestas reales que brinden seguridad a mujeres, niñas y adolescentes”, consideró la asociación.

La institucionalización de la violencia machista contra las niñas y las adolescentes, entre ellos la trata, destacó, mantiene garantía de impunidad, lo que incrementa delitos como la violación y el abuso sexual, desaparición y feminicidios, entre otros.