Rayaban las 6 de la mañana. Algunas mujeres “se daban una manita de gato”; otras con torta y café en mano esperaban. Tras un pequeño muro de Palacio Nacional una madre con libreta en mano verificaba que su pequeño de 12 años recitará correctamente.

Otro niño entre la asistencia regular; su presencia rompió lo cotidiano y el protocolo, “hasta niños ya entran aquí” dijo con molestia en la voz una mujer que a diario llega temprano para ubicarse en el ángulo de visión de, quien con un dedo, abre la conversación.

Ni ella ni nadie de la primera fila tuvo la voz. Andrés Manuel López Obrador (AMLO) seleccionó a los dos pequeños, perfectamente uniformados, y con libreta y preguntas listas.

El presidente con cierta sorpresa, apuntó y antes de ser interrogado, cuestionó: “y ustedes, ahora sí que ¿cómo? ¿son reporteros?”

La efusividad de los pequeños se tradujo en cuatro “sí” continuos, preámbulo para que le cuestionaran a AMLO sobre desapariciones y fuga de cerebros.

“Mi nombre es Fernando Daniel de Lucio Villalobos, soy reportero de Radio Aventureros. En los últimos 12 años se ha incrementado muy alto el número de desapariciones de menores de edad, ¿qué estrategia emplearía su gobierno para detener esto?”, cuestionó sin titubeos, enfundado con una playera azul con el logo de su medio.

López Obrador, con sus largas pausas y ritmo sereno, respondió: “estamos ya tratando de que no haya desaparecidos en el país (…). Fue un horror lo que pasó, fue muy triste, muchos desaparecidos: 40 mil en los últimos 10 años, muy triste”.

El Presidente dio dos razones por las que en el país las familias estén incompletas: enfrentamientos entre “los grupos de delincuentes que asesinan, los entierran de manera clandestina, los desaparecen” y que el Estado también sea el culpable, cosa que dijo nunca hará.

Tocó el turno a Eitan Cruz, adolescente de 14 años, quien de pie realizó su pregunta, se las ganó a los “veteranos” que se la pelearon, quienes lo miraban a él y su compañerito con creciente sorpresa.

“En México hay muchos jóvenes con unas mentes muy brillantes, que han ganado premios internacionalmente y nacionalmente, y aún hoy en día están estudiando en el extranjero sus doctorados y cosas por el estilo”.

“Pero también un problema que estuve viendo: que hay fuga de cerebros, ¿qué les podría decir a estos jóvenes para que ya no haya este error?”, interrogó el muchacho que hace home school (estudiar desde casa).

La respuesta de AMLO fue como una promesa, su tono fue el de la campaña: “van a tener posibilidades amplias para que puedan aportar sus conocimientos al desarrollo del país”.

Y de paso, presumió a la nueva titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt): “ahora la directora del Conacyt, María Elena (Álvarez- Buylla), fue Premio Nacional de Ciencia en 2017. Entonces, ella es becaria de los grados superiores y sabe muy bien lo que se requiere para apoyar a talentos, a jóvenes que están estudiando y que merecen apoyo, por eso la nombré para el Conacyt”.

Tras cumplir la misión, los niños con sus rostros radiantes se sentaron y escucharon con atención las preguntas de sus colegas; apenas el presidente se retiró, los “veteranos” voltearon cámaras, grabadoras y micrófonos para sacar la nota de sus jóvenes compañeros que “fueron por la nota”.

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