Hace 50 años, 2 de octubre de 1968, el Ejército disolvió a tiros un mitin de jóvenes en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, el hecho dejó cientos de muertos y puso fin al movimiento estudiantil que gestó durante ese año.
Esta fecha no ha sido enterrada por los mexicanos por la serie de abusos que representó para el país.
- El abuso de la fuerza, el inicio de todo
El 22 de julio de 1968 granaderos reprimieron una riña protagonizada por alumnos de la Vocacional 5 del Instituto Politécnico Nacional y la preparatoria particular Isaac Ochoterena; luego de esto, policías irrumpieron en las vocacionales 2 y 5, hiriendo a profesores y alumnos.
La Universidad Nacional Autónoma de México se declaró en huelga indefinida el 25 de septiembre, mientras que el IPN lo hizo un día después, tras la represión que el cuerpo de granaderos propinó a jóvenes del IPN y de la Preparatoria 2 de la UNAM. Después de esto vino la toma de planteles y la intervención por parte del Ejército Mexicano en el conflicto.
- La cifra real de las víctimas
A cinco décadas de lo sucedido, no hay una cifra exacta de los muertos y desaparecidos en la Plaza de las Tres Culturas, de Tlatelolco. La cifra oficial, que fue difundida en medios, mencionaba que hubo 26 muertos, mil 43 personas detenidas, 100 heridos. Sin embargo, hubo medios como el periódico El Día y The Guardian, que estimaron que fueron 100 y 325 los muertos, respectivamente.
- El uso de la fuerza y el despliegue del Ejército
¿De qué tamaño fue el despliegue de soldados y personal fuerzas especiales? Se estima que ese día hubo entre 5 000 y 10 000 soldados en la Plaza de las Tres Culturas, sin embargo, hubo otras corporaciones y grupos como el Batallón Olimpia y el Estado Mayor presidencial, quienes también actuaron durante el tiroteo que provocó la matanza del 5 de octubre.
- Ex presidentes libres de culpa
Gustavo Díaz Ordaz murió 9 años después de entregar el poder, sin enfrentar juicio por lo sucedido durante su gobierno; sin embargo, Luis Echeverría Álvarez, secretario de gobierno durante el 1968, quedó exonerado en 2009, luego de que no se encontraron elementos para juzgarlo por el delito de genocidio.
“Asumo íntegramente la responsabilidad personal, ética, jurídica, política e histórica por las decisiones del gobierno en relación con los sucesos del año pasado”, fueron las palabras pronunciadas por Díaz Ordaz en 1969 ante el Congreso de la Unión.
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