Rappi y el pleito con sus repartidores

 

Sin explicación, algunos amanecieron con deudas a la empresa de hasta 40 mil pesos


Si eres una de esas personas que duerme con el celular a un lado de la almohada, que tiene horarios complicados o que solamente es demasiado flojo como para ir por algo de comida,  lo más probable es que tengas instalado Rappi.

Sin embargo, el precio que están pagando los repartidores, de una de las apps más populares en latinoamerica,  por ser “sus propios jefes” es más alto de lo que parece.

El pasado jueves 27 de septiembre, cientos de rappitenderos fueron notificados de una supuesta deuda con la empresa y muchos fueron dados de baja. En sus cuentas aparecieron adeudos que iban de 1 peso hasta sumar 40 mil pesos.

Los repartidores las llamaron “deudas fantasmas”, porque aparecieron sin explicación en sus cuentas.

Cuando pidieron una explicación a la empresa, solo recibieron un correo en el que se les informó que durante los últimos dos meses se habían generado errores en los depósitos, por lo que estos habían sido calculados mal y por eso la aplicación les cargó una deuda.

El 29 de septiembre, cerca de 150 jóvenes con grandes mochilas cuadradas de color naranja bloquearon el tránsito frente al número 57 deMiguel de Cervantes Saavedra, donde se encuentra la oficina de los directivos de Rappi.

LA INJUSTICIA DE SER “TU PROPIO JEFE”

Fundada en 2015 por los colombianos Sebastián Mejía, Simón Borerro y Felipe Villamarín, Rappi llegó a México en 2016. Actualmente cuenta con más de 10 mil mensajeros y arriba de un millón de usuarios.

Como en otras aplicacione los rappitenderos son considerados socios de la empresa, por lo que a cambio de independencia para administrar su tiempo, sus recursos y sus ganancias no cuentan con un contrato como trabajadores. Sin embargo, ser  “jefes de sí mismos” no es tan conveniente como suena.

Esto se agrava ante la posibilidad de una enfermedad o accidente: sin seguro médico, el trabajador tendrá que pagar la consulta de su bolsillo. Si lo atropella un carro y el pedido se arruina, la empresa pedirá que él reponga su costo. Si lo asaltan y se llevan su teléfono en una entrega, incluso si le roban el dinero del mismo pedido,  tendrá que reponerlo todo.

Si se descompone una pieza de su moto o de su bici, la empresa no cubrirá el costo de mantenimiento. Si es despedido sin justificación u ocurre cualquier injusticia con sus superiores o con los clientes, el repartidor está legalmente incapacitado para reclamar nada.

EL CASO ARGENTINO

La inestabilidad de este tipo de labores es un problema que no solamente ha afectado a los tenderos mexicanos. En el Cono Sur los trabajadores de aplicaciones como Rappi, Uber y Glovo se presentaron ante la Secretaría de Trabajo para inscribir formalmente al primer sindicato de plataformas digitales, la Asociación de Personal de Plataformas (APP).

Este sindicato busca organizar a los trabajadores que son contratados para transportar productos y personas a través de plataformas digitales como Rappi, Uber y Glovo.

“Fuimos convocados a participar de las plataformas con consignas como ‘sé tu propio jefe’, pero rápidamente nos dimos cuenta que las aplicaciones funcionaban gracias a nosotros y no podíamos decidir nada”, explicó el nuevo gremio a través de un comunicado.

“Estas empresas deciden las tarifas, las comisiones y nos obligan a tributar por las operaciones comerciales por las que ellos son responsables. Trabajamos sin seguro de riesgos ni salario fijo”, advirtieron.

Además, aseguraron que ellos firman “términos y condiciones que cambian hasta una vez por mes”, que las aplicaciones “nos venden los uniformes y las cajas con las que hacemos publicidad en la calle, y pueden bloquearnos y controlarnos cuando quieren”.

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