Sin “cuarto de guerra”, impulsan a Pepe Meade

 

Centran campaña en equipos de comunicación, política y “tierra”


El día laboral de los integrantes de la campaña de José Antonio Meade inicia desde temprano, alrededor de las seis de la mañana, cuando se lleva a cabo la primera reunión –si antes no hay alguna entrevista con medios–, donde se analizan las notas de prensa.

A diferencia del pasado, comenta Aurelio Nuño, coordinador de la campaña, la nuestra no cuenta con un war room o “cuarto de guerra”, eso es de campañas viejas que no entienden los nuevos desafíos.

Renuente a contar detalles sobre quiénes participan, el también exsecretario de Educación accede a conversar, mientras camina en un hotel del centro de la ciudad, donde minutos antes concluyó un desayuno informal con personal de medios de información y el precandidato presidencial de la coalición Todos por México, pero, como es el tiempo de intercampañas, no puede haber actos convocados por los aspirantes, así que todo es un encuentro de camaradas, donde se pidió mantener off the record.

Cuenta que las actividades de campaña no pueden verse con lentitud y parsimonia, es necesario reaccionar de manera rápida y todos deben estar preparados para actuar en cualquier momento y bajo presión.

Y, por razones de método, se han dividido en tres equipos de trabajo, que encabeza él.

El primero es el de temas a comunicar, donde se analizan los mensajes y se evalúan los alcances. Deciden qué plataforma usar, en busca de aprovechar, sobre todo, las redes sociales, las entrevistas y los discursos.

Nuño dice una y otra vez que participan varios, dependiendo del tópico o la necesidad de reaccionar; lo hace para no dar nombres.

Sin embargo, acepta que en las reuniones están Eruviel Ávila, vicecoordinador de campaña; Vanessa Rubio, responsable de la oficina de campaña, y Javier Lozano, vicecoordinador de mensaje y vocero.

Ha trascendido que también asisten Eduardo del Río, secretario  particular de Meade; Francisco Guerrero, vicecoordinador de Análisis y Estrategia; Julio César Guerrero, encargado de los discursos del candidato; Luis Madrazo, vocero económico; Alejandra Lagunes, de estrategia digital, y Alejandra Sota, quien realiza estudios de opinión.

Con un grupo numeroso, los consensos pueden resultar difíciles; no obstante, cuando se le pregunta a Aurelio Nuño si hay necesidad de dar un golpe en la mesa, quién lo hace, con cierto orgullo y una sonrisa declara: “Pues yo soy el coordinador de campaña”, no hay dudas ya.

Otro grupo es el responsable del proceso político; el equipo que diseña los acuerdos con otras organizaciones.
Éste selecciona los sitios adecuados para los actos públicos y define la logística.

Participan –otra vez– Nuño, Eruviel Ávila, Vanessa Rubio y Javier Lozano; se suman Eduardo del Río, Julio César Guerrero, Francisco Guerrero, Heriberto Galindo –consejero–, José Luis Romero Hicks, José Ramón Martel –asesor– y Julio Di-Bella, coordinador de Redes Ciudadanas. Es la estructura priista para movilización de votantes.

Finalmente, el tercer grupo tiene que ver con la “campaña en tierra”, el volanteo y el convencimiento de ciudadanos. Serán los responsables de repartir propaganda de camisas, gorras y banderas en mítines