Tras el simulacro, dos horas después la sorpresa

 

Un simulacro anunciaba que nos preparábamos


Parecía una mala broma. La Ciudad de México conmemoraba 32 años del terremoto que dejara decenas de muertos y, otra vez, era víctima de la tragedia.

Dos horas antes se había activado la alerta sísmica; un simulacro anunciaba que nos preparábamos para cualquier episodio similar.

Dos semanas habían transcurrido de aquel temblor de magnitud 8.2 en la escala de Richter que dejara un saldo negro en Oaxaca y Chiapas, y que en la capital se sintiera su intensidad.  Nadie o muy pocos lo habían superado, pero un nuevo movimiento telúrico de 7.1 sacudió el suelo alrededor de las 13 horas.

Otra vez costureras

En Chimalpopoca y Bolívar se vino abajo un edificio de costureras y con el también se llevó la escuela primaria Simón Bolívar.

Rocío, quien estaba en el mercado, tras el temblor de inmediato corrió a recoger a su hijo que se encontraba en una guardería mientras veía cómo comenzaban a caer las primeras paredes del edificio, con su niño en brazos pudo salir del lugar cuando vio cómo las personas que pudieron salieron del edificio ya en ruinas.

La ayuda brotó de inmediato, gente de la calle, vecinos y personal de los hospitales cercanos comenzaron a ayudar en la remoción de los escombros mientras la policía hacia un cerco para evitar que llegará más gente.

Sin poder reaccionar

Julio César Martínez regresaba a su casa sobre Viaducto y Medellín cuando comenzó el terremoto, corrió para llegar a su departamento donde se encontraba su mamá Antonieta Quintos, sin embargo, en el trayecto se detuvo cuando se colapsó el edificio entre Viaducto y Calle Torres.

“Venía cruzando para llegar a mi casa, cuando empezó a temblar y se cayó como si lo hubieran jalado”, declaró.

Una vez que terminó el temblor los vecinos se reunieron para levantar los escombros y tratar de rescatar a las personas.

“Réplica” del caos

La parte frontal de la tienda Soriana sucursal Taxqueña quedó colapsada luego del sismo de las 13 horas de ayer, en su interior, las personas compraban de manera habitual hasta que la sacudida derrumbó parte de la estructura frontal, donde se encuentran la ropa y enseres que no son de primera necesidad.

El personal de seguridad privada de Soriana aseguró que no hubo víctimas “fue muy aparatoso, pero no había nadie en esa zona de la tienda”, declaró uno de ellos, quien se rehusó a dar su nombre. Sin embargo, aclaró que elementos de la policía acordonaron la zona para evitar la entrada a la tienda por motivos de seguridad.

Cruel realidad

“No tengo palabras” fue lo primero que pronunció Alfredo Álvarez tras la primera salida a una de las zonas afectadas por el sismo de magnitud 7.1 en la escala de Richter.

El joven paramédico, de 30 años recuerda aquella escena de personas con crisis nerviosas, llantos, vidrios rotos y escombros en el corazón de la Ciudad.

“Yo veía esas imágenes en fotografías, o en relatos de mi familia que el vivió terremoto del 85, pero verlo ya real, en vivo, es muy impactante”.

“Estaba trabajando aquí cerca, en el Liverpool, cuando comenzó el movimiento. Ahí también ayudé a tranquilizar a la gente. Después me vine aquí y comenzamos a salir”, agregó.  La ayuda, como aquel 19 de septiembre, no esperó. Llegaron ambulancias de Toluca, Metepec y Ecatepec con 25 elementos Humanos para prestar apoyo.