¡Adiós, Dolores!

 

Se apagó la voz de Dolores O’Riordan, líder de la banda The Cranberries


Dolores O’Riordan, la inconfundible voz de The Cranberries, una de las bandas más exitosas en la década de los 90, falleció ayer a los 46 años de forma repentina, según informó en un comunicado el representante de la banda irlandesa, que no ha especificado la causa de su muerte. La artista, intérprete de éxitos como “Linger”, “Ode to my family”, “Salvation” y “Zombie”, se encontraba en la ciudad de Londres grabando.

La líder de la banda irlandesa The Cranberries “estaba en Londres para una breve sesión de grabación”, señaló el representante del grupo en un comunicado, sin ofrecer más detalles en torno a su fallecimiento. “La familia de Dolores está devastada por la noticia y ha pedido privacidad en este momento tan difícil”, añadió.

Un informe de la policía confirmó la muerte y añadió que el cadáver fue encontrado en el Hotel Park Lane de la capital británica a las 9:05 de la mañana.

Nacida en Limerick en 1971, O’Riordan era la menor de siete hermanos y fue educada en el catolicismo. A la profunda fe de su madre debía Dolores su nombre. Ella no practicaba, pero se declaró admiradora del papa Juan Pablo II, a quien visitó con su madre en el Vaticano.

O’Riordan se unió a The Cranberries en 1990 (llamados entonces The Cranberry Saw Us), junto con el guitarrista Noel Hogan, el bajista Mike Hogan y el batería Fegal Lawler. Su salto a la fama llegó con su álbum debut: Everybody else is doing it, so why can’t we? (1993), que incluía la canción “Linger”, sobre el rechazo y las frustraciones del desamor adolescente, que se convirtió en su primer éxito global.

“De adolescente, no me sentía atractiva, mi madre no me dejaba usar maquillaje”, explicaba O’Riordan en una entrevista con The Guardian el año pasado. “Era la chica rara, sobreprotegida, con un vestido rosa de flores y lazos en la cabeza, que tocaba el órgano en le iglesia. Mi madre me compraba la ropa, así que para mi primera sesión de fotos con The Cranberries, Noel me trajo un nuevo look y me dio un par de botas Doc Martens. Me quedaban grandes, pero aún así me las puse. De repente parecía una chica indie”.

Su siguiente disco, No need to argue, publicado un año después, superó el éxito del primero y permitió a la banda adentrarse en nuevos registros y a O’Riordan, exhibir todo el potencial de su voz. Torturada y extrema, pero siempre conmovedora, la voz de O’Riordan alcanzó su cima en “Zombie”, tema coreado por millones de jóvenes en los noventa, escrita en la estela del terrible atentado del ERI (Ejército Republicano Irlandés) en Warrington, que mató a dos niños, de tres y 12 años.

El álbum No need to argue vendió 17 millones de copias en todo el mundo y convirtió a The Cranberries en una de las bandas más grandes surgidas del llamado rock alternativo. Gracias a la impetuosa voz de O’Riordan, la banda irlandesa clavó esa combinación de furia y dulzura que caracterizó a muchas bandas alternativas de los 90.

Luego de lanzar otros tres álbumes de estudio más, los integrantes de Cramberries decidieron hacer una pausa, pero se volvieron a reunir en 2009, con el propósito inicial de actuar sólo en conciertos en vivo. Finalmente, sacaron dos discos más al mercado, uno de los cuales, Something else, presentado a mediados del año pasado, es una colección de versiones acústicas y tres temas nuevos. Entretanto, O’Riordan editó dos discos en solitario: Are you listening? (2007) y No bagagge (2009).

El año pasado, la agrupación anunció una gira con fechas en Europa y Estados Unidos; pero al poco de empezar las primeras fechas, la gira se suspendió por problemas de salud de su cantante. Hace apenas cuatro semanas, O’Riordan publicó en sus redes sociales un mensaje en el que decía encontrarse bien y aseguraba que había hecho ya sus “primeros pequeños conciertos en varios meses”.

Su último tuit, fechado el pasado 4 de enero, es una foto en la que se le ve cargando un gato: “Adiós, Gio. Vamos a Irlanda”.