Había una vez un tipo extraño

El cineasta estadounidense Tim Burton, quien se encuentra de visita en la Ciudad de México para inaugurar la exposición El mundo de Tim Burton —dedicada a su obra y a los personajes que ha desarrollado—, señaló que no se considera un artista “sino un creativo, alguien que tiene un proceso con el pensamiento, impregnado de emociones y conexiones personales”.

La muestra, que se abrirá este miércoles a todo el público en el Museo Franz Mayer, permitirá a los visitantes conocer el universo del singular artista a través de 400 piezas que han formado parte de sus películas y guiones.

El realizador de El joven manos de tijera, El cadáver de la novia, Frankenweenie, Beetlejuice, Batman, Ed Wood, Marcianos al ataque y El extraño mundo de Jack, entre muchas otras, dijo que por mucho de que sus historias sean protagonizadas por seres fantásticos, la realidad siempre va a superar a la ficción, en referencia los políticos y situaciones absurdas y violentas que todos los días vemos en los noticieros de televisión, con la diferencia, precisó, de que sus abominables criaturas son totalmente inofensivas.

Señaló que la mayoría de los objetos que se exhiben en la exposición fueron creados por él mismo, y los que no hizo, los desarrolló en papel o plastilina para que algún artesano o carpintero los elaborara bajo su supervisión. Agregó que muchas de las obras que se verán no aparecen en ninguna de sus películas, pues fueron bocetos e ideas inconclusas que no pudieron encontrar su lugar en el cine.

Dijo que desde pequeño tiene empatía por la cultura latina, pues creció en Burbank, California, donde la comunidad hispana es grande, lo que le ayudó a conocer y estar en contacto con películas y artistas mexicanos.

“Crecí en una ciudad de Estados Unidos donde proyectaban películas de terror mexicanas. Veía películas como El Santo contra los vampiros. Soy fan de las imágenes de esas películas, y de las películas en sí”, dijo en conferencia de prensa.

Agregó que su gusto por la cultura mexicana es tal, que tiene en su casa “alrededor de 20 máscaras de luchador” (incluso, en la exposición hay un dibujo de un luchador), y suele ser invitado a los foros donde filman sus colegas mexicanos, a quienes “les roba” algunas ideas para entender mejor la idiosincrasia latinoamericana e inspirarse al momento de hacer sus guiones.

Al ser cuestionado por sus personajes consentidos, el también creador de las cintas El planeta de los simios, El jinete sin cabeza, El gran pez, Ojos grandes y Sweeney Tood, el barbero demoníaco, comentó que si bien le tiene un gran afecto a todas y cada una de sus creaciones para las películas, las que siempre tendrán un lugar muy especial en su vida son El joven manos de Tijera y Jack Skellington.