En un mundo que cambia a cada momento y donde la equidad entre hombres y mujeres resulta, de cierta manera, más evidente: ¿son los méritos, el conocimiento y la experiencia elementos suficientes para subir en la escala social o son las intrigas, los juegos sucios y el chantaje los mejores instrumentos para conseguir el poder? Bajo esta interrogante se desarrolla la puesta en escena Testosterona, de la dramaturga Sabina Berman.
“Conocía el texto desde hace años, porque Sabina me lo había mostrado. Me gustó muchísimo y, sobre todo, este planteamiento en momentos tan pertinentes en torno al asunto del poder entre hombres y mujeres: una discusión de que si lo existente es una lucha de poder, un reacomodo de las piezas o la búsqueda de una justicia milenaria; cuestionamientos que están plateados en Testosterona”, refirió Ana Francis Mor, directora de la obra.
La también activista por los derechos de la mujer e integrante de la compañía Las Reinas Chulas, consideró que la pieza nace en un momento idóneo, sobre todo con lo que está ocurriendo con movimientos globales contra el los abusos y el acoso sexual como #timesup o #metoo.
“Es una versión muy atinada y actual con todos estos movimientos. Me parece que es un asunto muy pertinente y con un tino espléndido en este momento”, consideró.
Ante esa problemática, la actriz Cecilia Suárez, protagonista del montaje, se pronunció por sacarlos a la luz en México, porque no son situaciones que sólo se presenten fuera de nuestro país.
“Ante este tipo de situaciones nos toca participar de otra forma, manifestarnos y hacernos presentes. Es importante, porque son temas que también se abordan en esta obra”, externo la actriz.
“Hay que abrir el espacio para no permitir lo que uno no quiere que suceda. Puede haber temor, represalias y repercusión, pero es necesario abrir el espacio porque eso generará, al igual que una piedra en un lago, ondas y consecuencias para que otras personas puedan romper las barreras del temor de cosas que no es posible tolerar”, dijo, por su parte, Enrique Arreola, quien también protagoniza la obra.
La historia del montaje gira en torno a un importante periódico, cuyo director ha sido notificado que tiene cáncer y debe nombrar a su sucesor, por lo que deberá decidir entre un hombre y una mujer. Ese entonces, que surgen los cuestionamientos: Quién se quedará con la dirección; qué se necesita para tener el poder en un mundo polarizado; ¿el poder es la única hormona que distingue a los hombres de las mujeres? y, sobre todo en el trabajo, ¿qué puede más: el amor o la guerra?
“Todo se desarrolla dentro de la oficina de Antonio (Enrique Arreola), donde cambiará la vida de los personajes en menos de 24 horas”, detalló Francis Mar.
