Ozuna, el negrito de los ojos claros

 

Veinte de sus canciones superan, cada una, los 150 millones de vistas en YouTube


ROGELIO SEGOVIANO

El cantante boricua de música urbana Ozuna —quien la próxima semana se presentará en el Foro Sol de la Ciudad de Mexico, como parte del elenco estelar del Coca-Cola Flow Fest— sabe que vive uno de sus mejores momentos artísticos, pues canción que lanza al mercado, canción que no sólo se convierte en un hit radiofónico en América Latina y entre la comunidad hispana de Estados Unidos, sino que hace girar sin parar el contador de reproducciones y descargas en plataformas digitales como You Tube, Spotify e iTunes.

Con apenas 25 años de edad, Ozuna —“el negrito de los ojos claros”, como le gusta que lo llamen sus fans—, es uno de los reyes actuales del reguetón, de ahí que sus co – legas, aunque sean de otros géneros, lo busquen para hacer todo tipo de colaboraciones musicales. Su nivel de influencia ha llegado a tal grado, que las revistas estadounidenses Rolling Stone y Forbes, así como el periódico The New York Times, le han dedicado espacios importantes en sus páginas.

Un dato de la fuerza que ha ganado es contundente: 20 de sus canciones en YouTube cuentan con más de 150 millones de vistas, cada una, lo que significa que no se trata de un creador con suerte que tuvo un “one hit wonder”. Por ejemplo, a mediados de agosto Ozuna subió la canción “Criminal”, que canta acompañado de la reguetonera dominicana Natti Natasha, y está a nada de llegar a los 700 millones de reproducciones. Y algo similar sucedió con “Escápate conmigo” (al lado de Wisin), que subió a finales de marzo pasado y registra, al día de hoy, 850 millones de vistas.

“Pongo un sencillo en YouTube y, en 20 horas, tengo cinco o seis millones de vistas… En un mes, tengo 100 millones. En un año, mil millones… Es demasiado”, dice Ozuna, quien parece estar abrumado por el éxito, la fama y la fortuna que han tocado a su puerta. Nada mal para quien, todavía hace poco más de tres años, cantaba para sus amigos en pequeños clubes nocturnos y bares de San Juan de Puerto Rico, interpretando los éxitos de otros artistas.

Aunque ya tenía en el mercado varios sencillos que le habían situado en medio de los reflectores (su nombre aparecía ya ocho veces en las listas del Billboard Hot Latin), apenas en julio pasado Ozuna lanzó Odisea, su primer álbum completo, donde demuestra que además del reguetón también puede triunfar con la bachata (“Sobredosis”), el trap latino (“Bebé) y hasta el pop (“Ahora dice”).

Hijo de puertorriqueña y dominicano, Ozuna no la pasó muy bien de pequeño, pues su padre (quien fuera bailarín de Vico C, pionero del reguetón), fue asesinado a tiros cuando él tenía apenas tres años. Comenzó a hacer música en su adolescencia, y después se mudó a Nueva York, donde vivió un par de años, pero luego se regresó a Puerto Rico, por – que nunca aprendió a hablar en inglés, donde lo sorprendió el éxito. Ya en 2015, ofrecía más de 300 conciertos al año.

A manera de reto personal, Ozuna se ha pro – puesto mudarse con su familia a Estados Unidos (todavía no sabe si a Nueva York o a Miami) para aprender bien inglés y, quien sabe, tal vez el próximo año lo veamos cantando en ese idioma al lado de Rihanna, Selena Gómez, Madonna, Ariana Grande o Katy Perry