¡Qué vivan los muertos!

 

Llega a la cartelera Coco, película inspirada en las tradiciones mexicanas


ROGELIO SEGOVIANO

De las diecinueve películas de animación que ha realizado hasta la fecha la compañía Pixar, el cineasta californiano Lee Unkrich participó en forma directa en diez, ya sea como editor, guionista, director, codirector o productor. Desde Toy Story —la primera que lanzaron en 1995—, hasta Coco, que se estrena este viernes en más de 3 mil salas del país, casi un mes antes que en el resto del mundo, al abordar en forma directa una historia en torno a la cultura y las tradiciones mexicanas.

Para asegurarse de hacer un buen trabajo y no traicionar en el camino la esencia de lo que quería contar en Coco, Lee Unkrich —en cuya filmografía como director aparecen los títulos Toy Story 2 y 3, Buscando a Nemo, Monster Inc.— decidió apoyarse en Adrián Molina, un joven y talentoso realizador de ascendencia mexicana que estaba en busca de una oportunidad en la industria de Hollywood.

Coco cuenta la historia de Miguel Rivera, un niño que crece en una familia de zapateros que ha prohibido la música por los rencores de una amarga historia amorosa. En secreto, Miguel aprenderá a tocar la guitarra frente a una televisión, en la que escucha una y otra vez las canciones de Ernesto de la Cruz, un popular y admirado cantante de música ranchera. En el Día de muertos, Miguel tiene la oportunidad de mostrar a su abuela su pasión por la música. Antes tendrá que vivir una aventura de una noche en el mundo de los muertos para aprender la importancia de la familia y el amor a la vida.

El proyecto inició hace más de seis años, luego del éxito de Toy Story 3. “Nos vino a la cabeza el interés de hacer algo relacionado con el Día de muertos. Supe que había potencial para hacer algo que fuera apreciado en todo el mundo, pero especialmente en México. Era una oportunidad para devolverle algo a México, para agradecerle todo el amor que han dado a las películas que hemos hecho en Pixar”, dice Lee Unkrich, quien está de visita en la Ciudad de México para promocionar la película.

De acuerdo con el cineasta, Coco no es una película animada más para Pixar, filial de los estudios Disney, sino que también puede verse como una gran embajadora de México ante el resto del mundo de las fiestas, tradiciones y valores positivos que hay en el país, dejando de lado la carga negativa que se relaciona con lo mexicano y que abunda en la presa escrita y en los noticieros de televisión en el extranjero.

“Coco es una cinta que ayuda a derribar muros y se empeña en mostrar las coincidencias en una época donde los políticos en Washington quieren dividirnos. En la película hay cosas y valores universales. Son más cosas las que tenemos en común que las que no. Espero que eso haya quedado reflejado en la historia”, asegura Lee Unkrich.

Para entender mejor el tema que buscaban abordar, los directores, acompañados de un equipo creativo de Pixar, realizaron una extensa investigación en torno a la cultura mexicana, que incluyó largos viajes por pueblos de Michoacán, Oaxaca y Guanajuato, donde vivieron, en carne propia, las festividades del Día de muertos, la trascendencia de los valores familiares y hasta los secretos culinarios para percibir las sutiles diferencias entre los diferentes tipos de moles que se preparan de acuerdo a cada región.

De acuerdo con algunos críticos, en Coco hay una sobredosis de folclore. Todo lo que un turista puede conocer de México en un viaje de una semana, está en la película. Hay alebrijes, xoloitzcuintles, papel picado, pirámides, flores de cempasúchil, tamales y hasta melodrama telenovelero. Pero también encontramos esos pequeños guiños que sólo podemos entender los mexicanos, como la chancla utilizada para meter el orden y lo chistoso que puede ser la imagen de una cejuda Frida Kahlo. “Hay chistes que la gente en otras partes del mundo no entenderá. Y está bien. Vivimos en un mundo muy grande. No creo que nadie deba ver sólo películas sobre su cultura. He visto películas de otras culturas que aprecio y entiendo. Así se aprende de los otros. Y creo que eso sucederá con Coco”, finaliza Unkrich.