A las cosas por su nombre: lo de Venezuela es un golpe de Estado

 

Un golpe de Estado es una ruptura del orden que se origina dentro del propio Estado


Desde Henrique Capriles hasta Henry Ramos Allup, son muchos los que califican lo que está sucediendo ahora mismo en Venezuela como un auténtico golpe de Estado. Por definición un golpe de Estado es una ruptura del orden constitucional que se origina dentro del propio Estado.

La forma más común y más mediática por cierto de golpe de Estado es cuando el ejército o parte de él derroca al presidente. Así sucedió, por ejemplo, cuando en 1913 el general Victoriano Huerta derrocó a Francisco I. Madero en México, o cuando en 1953 el general Carlos Castillo Armas, derrocó a Jacobo Arbenz en Guatemala, o cuando en 1970 el general Augusto Pinochet derrocó a Salvador Allende en Chile, o cuando en 1976 el general Jorge Videla derrocó a Isabel Perón en Argentina o más recientemente cuando en el 2009 el general Romeo Vázquez derrocó a Manuel Zelaya en Honduras.

Hay modificaciones violentas en los gobiernos de los países que no han sido golpes de Estado como por ejemplo lo que ocurrió en 1959 en Cuba cuando Fidel Castro derrocó al dictador Fulgencio Batista. Aquello fue una revolución triunfante originada fuera del Estado y por lo tanto no constituyó un golpe de Estado. Lo mismo puede decirse del triunfo sandinista de 1979 sobre Anastasio Somoza en Nicaragua. Hay, sin embargo, golpes de Estado que no lo parecen, pero que son igualmente graves. Así ocurrió en 1973 en Uruguay cuando el presidente Juan María Bordaberry disolvió al Congreso y se erigió en dictador, de manera similar a como lo haría en 1992 Alberto Fujimori en Perú. Ahora en Venezuela Nicolás Maduro, apoyándose en un Tribunal Supremo incondicional borró del mapa al Congreso, es decir, protagonizó un golpe de Estado.

Podremos simpatizar o no con el régimen bolivariano, pero hay que llamar a las cosas por su nombre.