A propósito del sistema fiscal

 

El problema viene cuando constatamos la duplicidad de programas que existen


Ignacio Fariza acaba de publicar en El País su opinión sobre “La grieta que el sistema fiscal mexicano no consigue suturar”. El artículo plantea que la desigualdad en México se debe al tamaño del Estado, pues no recauda los recursos necesarios para volver más equitativos los ingresos a través del gasto social.

Pero asumir que aumentar el tamaño del Estado es una condición necesaria y suficiente para reducir la desigualdad es un camino peligroso. En países donde crece el tamaño del Estado también crece la burocracia, con una enorme carga a los contribuyentes por la ineficiencia que un aparato burocrático más grande suele acarrear para la sociedad.

Cuando asumimos que cada peso adicional que el gobierno recaude se va convertir enteramente en un peso de gasto social podemos pecar de inocencia. Para gastar más en desarrollo social, el gobierno debe contratar nuevos empleados y crear nuevos programas.

El problema viene cuando constatamos la duplicidad de programas que existen.

El artículo parece pertenecer a esta cruzada contra la desigualdad que hoy en día podemos atestiguar. Pero la desigualdad es un tema muy complejo.

Para empezar, la desigualdad no es exclusiva de los países pobres o de ingreso medio, como México. Si bien la desigualdad impone condiciones menos parejas de arranque en la vida de las personas, para mitigarla ayuda más la desconcentración de los mercados.

La desigualdad no es un problema en sí mismo pero la concentración de la riqueza sí lo es, y se origina principalmente por la concentración en los mercados. Grandes monopolistas que amasan grandes fortunas y enormes privilegios sí es un problema serio a resolver.

Desconcentrar los mercados es una de las cosas que mejor están funcionando en México a raíz del Pacto por México. La desconcentración consiste en abatir los monopolios (Pemex, CFE, Telmex, etcétera), combatir la colusión y otras prácticas monopólicas (papel de la Cofece) y desaparecer los controles de precios como en el caso de la gasolina.

Ignacio Fariza tiene toda la razón al criticar el carácter regresivo de múltiples subsidios en México. En una política.