¿Adiós, Margarita?

 

Margarita Zavala Gómez del Campo de Calderón renunció ayer a su candidatura presidencial


Margarita Zavala Gómez del Campo de Calderón renunció ayer a su candidatura presidencial. Hasta anoche no se había pronunciado en favor de alguno de su excontrincantes.

Nunca tomé en serio su candidatura y afirmé muchas veces que seguramente inició su fallida aventura política motivada u obligada por su esposo, quien hasta el momento no ha sido capaz de aceptar que su momento ya pasó, que está convencido de que no fueron suficientes para él los seis años en que fue presidente y que buscaba regresar a la Residencia Oficial de Los Pinos como primer caballero del país y el poder tras el trono.

El martes pasado, escribí aquí sobre la posición que ocupaba en la encuesta de encuestas elaborada por AZ2 (encuestadeencuestas.com), la cual promedia los resultados de las encuestas de opinión pública que pretenden medir las intenciones del voto de la población: “De acuerdo con los promedios obtenidos por AZ2 cada mes, tenemos las siguientes tendencias en la intención del voto: MZGC: 4.02 por ciento en enero, 2.17 en febrero, 4.35 en marzo, 5.45 en abril y 3.94 por ciento en lo que va de mayo”. Es decir, en mayo obtuvo el mismo promedio que tenía en enero, más o menos 4 por ciento, y todo indicaba que su candidatura no iba a ningún lado.

Margarita, fuera de haber sido diputada local en la Asamblea Legislativa del DF (1994-1997) y diputada federal (2003-2006), ambas veces por la vía plurinominal, nunca ocupó un cargo público de relevancia, aparte de ser primera dama de 2006 a 2012 y, como tal, presidenta del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, un cargo honorario que se le confiere a todas las esposas de los presidentes de México. Tenía menos experiencia en la administración púbica que Ricardo Anaya, el candidato de la coalición Por México al Frente, que ha sido funcionario estatal, legislador local y federal (ambas veces plurinominal), subsecretario de Turismo federal y presidente nacional de un partido político.

Su desempeño en el primer debate de candidatos presidenciales, el 22 de abril pasado, dejó mucho que desear.

Un analista, Edmar Ariel Lezama, al escribir en el sitio Huffington Post (www. huffingtonpost.com.mx), escribió lo que muchos pensamos al verla: “ La comunicación no verbal de Margarita Zavala fue la de una persona dominada por el estrés e incapaz de presentarse ante los votantes como una lideresa capaz de desmarcarse del legado de Felipe Calderón”.

Su renuncia no necesariamente debe ser el fin de su carrera política. Ya pasó a la historia por ser la primera persona en obtener una candidatura independiente a la Presidencia y durante el sexenio venidero podrá convertirse en una voz crítica que gozará de una amplia audiencia. En 2021 podría buscar una diputación y desde ahí, crear su propia imagen, independiente de la de su esposo.

Por eso, el adiós a Margarita no será definitivo si decide seguir en la política.