Ahora resulta que hay pobres de primera, segunda y tercera

 

Resulta completamente inútil discutir las estadísticas de adentro y de afuera


El secretario de Desarrollo Social, Luis Miranda Nava –el amigo, el compañero de golf del presidente Peña Nieto–, ha puesto de manifiesto con su reciente comparecencia en el Senado, que datos como los que destaca el reporte publicado ayer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) están equivocados.

Y es que, mientras el reporte “How’s Life? 2017” de la OCDE asegura que México es el país más desigual de todas las naciones que conforman esa organización, el secretario Miranda señala que 4.5 millones de mexicanos ya no son pobres, ni vulnerables.

La pobreza y la necesidad son dos aspectos que hasta el momento no se han cuantificado con alguna estadística realmente confiable. Porque al final del día la pobreza se manifiesta sobre conquistas materiales: se come lo que se puede y no lo que uno quiere, se compra lo que se puede y no lo que uno quisiera tener.

Pero hay una cosa que es verdad, y eso es que en un país de más de 120 millones de habitantes con una nómina de millonarios tan importante como la que hay en México, los pobres son en este momento un porcentaje muy representativo en el país (43.6 por ciento de la población, conforme a las cifras del Coneval).

Me llama mucho la atención que ahora, justo cuando se están preparando todos los datos para la elección de 2018, el secretario de Desarrollo Social –por una parte ausente, y por otra presente, pero en Ixtapan de la Sal con un palo de golf en las manos para acompañar al presidente de nuestro país a jugar–, pueda sostener con la contundencia que lo hace, datos que van en contra de esas estadísticas sobre pobreza y desigualdad social.

Los pobres son un inconveniente común y los ricos deberían de ser una ventaja común. El problema es que, a fuerza de negar la realidad, nos encontraremos un día con que los pobres son más de los que esos reportes aseguraron que existían y los ricos ya no estarán.

Empieza la campaña de 2018, y uno de los factores más importantes será definir cómo se le garantizará al pueblo que sus dos tortillas se convertirán en tres.

Mientras tanto, resulta completamente inútil discutir las estadísticas de adentro y de afuera, porque en realidad lo que uno desearía es que no hubiera pobreza, sin embargo, haciendo eco de las propias palabras de Jesucristo, “a los pobres siempre los tendremos con nosotros”. El problema es cuántos hay, cuántos habrá y qué tan integrados están en el mundo en el que vivimos.

Y en ese sentido, ¿alguno de ustedes sabe de verdad en qué estadísticas o datos se basa Miranda?

@antonio_navalon