Lo que nunca existió

 

La siguiente jugada será designar al Fiscal Anticorrupción


En política quien resiste, gana.

En política llevar la iniciativa y hacer la agenda, aunque sea con el “dedito”, como lo hizo López Obrador durante cinco años, es ganar la mitad del camino.

Y es que durante su gestión como jefe de Gobierno, citando a los periodistas a las siete de la mañana –una mentada de madre– impuso la agenda política nacional. Aunque lo hizo en un gobierno no muy afortunado, ni con muchas luces intelectuales ni políticas presidido por Fox.

La política es la mitad del éxito, la otra mitad es llevar la iniciativa. Pero también hay que saber que en política hay un momento en el que una gripe te mata, y otro en el que un cáncer no te hace nada.

En ese sentido, hay que reconocer que, con todo lo malo, el actual gobierno –que está por cumplir cuatro años en el poder y que ha ejercido su derecho a la equivocación y al acierto– aún ha podido sorprendernos.

Sorpresiva y sorprendente fue la designación del nuevo presidente del PRI. Sorpresivo y sorprendente fue escuchar las explicaciones presidenciales de nuestro Tlatoani pidiendo disculpas por el caso –nada blanco– de la Casa Blanca.

La política exige saber de qué manera, aunque sea por penaltis, puedes ganar el partido. Y ahora, el entrenador se cansó de la misma alineación y ya está tomando el control. Porque sabe que lo que recordarán los seguidores del tricolor es el triunfo o, por lo menos, que no haya una derrota con un marcador de 8-0, puesto que el récord de 7-0 ya lo tenemos ante la selección de Chile.

En ese contexto, la siguiente jugada que determinará quién tiene la iniciativa política actual, será designar al Fiscal Anticorrupción.

Aunque ahora no sé cómo decirle adiós a lo que nunca existió. Y en ese sentido, jamás mencioné a Virgilio Andrade, porque él nunca pasó por la Función Pública. Sin embargo, sí creo en la implementación de una política donde la comida en la boca significa para un político los errores de los contrarios.

En este momento el tema de la lucha contra la corrupción representa gran parte del éxito que las encuestas le dan al del “dedito”, al registrar el mejor nivel de preferencia para las elecciones del 2018. Ya que la comida llega hasta su boca gracias a los múltiples y reiterados casos de incapacidad frente a la corrupción.

Por lo tanto, tomar el control de la lucha anticorrupción significa tomar gran parte de las heridas por las que supura el dolor de México.

Y ahora lo que estoy esperando es el nombramiento del Fiscal y saber dónde está –además de la iniciativa o del impacto mediático– la capacidad de seguir recuperando al Estado, porque eso sólo se logra con rapidez, inteligencia y consenso.