Antes de la batalla

 

El inicio de la campaña electoral del 2018 es difuso, sucio y manchado


Es parte de la naturaleza humana observar los hechos y saber que en muchas ocasiones la intuición sobre lo que se debe hacer no sólo depende de la incidencia divina.

El inicio de la campaña electoral del 2018 es difuso, sucio, manchado y sin elementos, ni perfiles claros.

De momento el único candidato que podemos considerar como seguro es Andrés Manuel López Obrador, quien además encabeza las encuestas más recientes, mientras que los demás conforman un pelotón en el que en cualquier instante puede surgir una sorpresa.

En ese sentido, cuando haya otros candidatos y otros programas tan claros, naturalmente opinaremos lo que corresponda. Pero en medio de todo eso lo más importante es saber para qué quieren ser presidentes.

Echo de menos más solistas y me cansa tanto coro.

López Obrador quiere ser Presidente porque con su llegada a Los Pinos el país llegará al Jordán de la decencia, se acabará la corrupción y la regeneración no sólo traerá buena voluntad y justicia, sino que además es de suponer que todo eso vendrá acompañado por altos índices de eficiencia y eficacia que necesita el país para ser gobernado, más aún frente a la coyuntura por la que estamos atravesando.

Y es que, somos más que “un país de un solo hombre”, como lo escribió Enrique González Pedrero refiriéndose al México del general Santa Anna, puesto que somos un país de una sola intención y esa intención es buena.

El resto sólo lucha y pulula como si fueran cangrejos jalándose hacia abajo los unos a los otros para ver quién conseguirá salir primero.

Mientras tanto los ingenieros sociales consideran que el poder en México está muy dividido y que lo más probable es que la próxima elección definirá a un Presidente con una tercera parte de los votos totales, así como le sucedió al actual inquilino de Los Pinos.

El mundo no deja de sorprenderme, pero lo que si quiero es estar despierto y consciente para entender por qué cada vez que aseguramos que algo no podría pasar, simplemente sucede.

Aún estamos lejos de las ofertas y hemos empezado mal porque una vez más comenzamos por el miedo. Hemos empezado por la descalificación. Hemos empezado por hacer algo contra alguien y no algo a favor de todos.

Es un mal comienzo, pero todavía estamos muy lejos y es posible que en la campaña nos den la sorpresa, ya que algunas voces de los coros podrían llegar a convertirse en un gran solista.

Pero en cualquier caso que a nadie se le olvide que para gobernar no basta sólo con tener buena voz -observe a su alrededor-, porque además hace falta tener una partitura para cantar e ir en sintonía frente a estos tiempos tan complicados.

@antonio_navalon