Grandes lecciones

 

España se empezó a fracturar por todos los ciudadanos que ya no quieren ser parte de ella


Si observamos con detenimiento las elecciones de España, celebradas el pasado 26 de junio, podemos encontrar una serie de conclusiones que convendría considerar para nuestro país.

Una de ellas radica en el hecho de que la gente le sigue teniendo miedo al vacío.

Y es que, después del Brexit resulta importante preguntar a los genios que gobiernan España, por qué decidieron fijar la fecha de las elecciones generales de su país tres días después del referéndum británico, en el que eran dos los caminos que estaban más claros.

En el primero se consideraba un panorama como el que ya sucedió, pese a que los analistas y las encuestas nunca lo estimaron. Y en el segundo, se tomaba en cuenta la posibilidad de que el Reino Unido decidiera permanecer en la Unión Europea impulsando lo que más teme el establishment español, es decir, las fórmulas populistas, como las que estableció la coalición Unidos Podemos.

En política, quien la sigue la consigue y resistir es vencer. Y en ese sentido, hay que reconocerle al presidente español Mariano Rajoy que resistió. Además los fracasos enseñan más que los éxitos.

Y al titular del partido Podemos, Pablo Iglesias –el gran táctico de la política española– hay que recordarle que en tan sólo tres jugadas se quedó a las puertas de hacer un nuevo gobierno.

Sin duda esa lección le servirá para crecer y para saber por qué después de hacer una alianza con los viejos comunistas, los viejos de la izquierda no lo quisieron apoyar.

Ahora puede ser que la gente quiera sistemas de derecha o de izquierda, pero de lo que nadie tiene ganas es de más populismo como el chavista, que elevó a su pueblo a los cuernos de la Luna para después dejarlo caer súbitamente quitándoles –a pesar de poseer las mayores reservas de petróleo en el mundo– la comida, literalmente, de la boca.

La Europa que conocíamos ya está destruida y sólo podrá ser reconducida si las nuevas generaciones encuentran su lugar.

Pero lo más interesante es que en las elecciones de España la abstención –el instinto suicida de los pueblos– dio paso a que una minoría con miedo permitiera la creación de un gobierno al que ya se le puede augurar un verdadero infierno y una enorme debilidad.

Y a pesar de que el Brexit exacerbó los nacionalismos, España se empezó a fracturar por todos los ciudadanos que ya no quieren ser parte de ella, llevándola hasta el punto en el que hoy se encuentra.

En ese escenario hay otra gran lección que ahora nos demuestra que un gobierno basado en la abstención o en el enfrentamiento entre la derecha y la izquierda sólo puede anunciar la llegada de la polarización.

@antonio_navalon