Argentina y Venezuela: ¿La justicia vale el futuro?

 

El Congreso argentino se apresuró a echar abajo la ley en cuestión


Hace unos días, la Corte Suprema de Justicia de Argentina emitió un fallo mediante el cual avalaba una disposición legal que permitiría que condenados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, transcurrida entre 1976 y 1983, podrían salir de prisión antes de tiempo. Ante ello, desde Rosario hasta Mar del Plata y desde Mendoza hasta Buenos Aires, se llevaron a cabo manifestaciones multitudinarias que expresaban la indignación y el rechazo de la ciudadanía ante la posibilidad de que los represores de la dictadura pudieran verse beneficiados.

La cantidad de manifestantes fue tal que el Congreso argentino se apresuró a echar abajo la ley en cuestión en una sesión de emergencia. Si bien es cierto que la impunidad por actos violatorios de derechos humanos durante un gobierno tiránico resulta deleznable, también es cierto que incumplir pactos de transición de dictaduras a democracias puede disuadir a los dictadores de hoy de avenirse a hacerse a un lado para que sus países puedan transitar a la democracia.

Por ejemplo en la actualidad si le dijeran a Nicolás Maduro y a quienes integran su régimen: “miren. Den un paso al costado. Dejen que Venezuela vuelva a la normalidad, retírense, exíliense y ahí muere. No los vamos a perseguir por los abusos cometidos”, existiría una posibilidad de que la crisis venezolana llegara a su fin. Pero si por el contrario el mensaje a Maduro es: “Queremos que te vayas del poder y además queremos juzgarte y castigarte por los abusos cometidos, lo natural sería esperar que el actual presidente venezolano y su caterva de colaboradores se aferren al poder hasta con las uñas haciendo que el sacarlos por fin del Palacio de Miraflores sea una tarea más difícil, más tardada y más costosa eternizándose con ello la difícil situación por la que atraviesa Venezuela.