Crecimiento: todo normal

 

¿Algún día lograremos, de manera sostenida, mejores resultados?


Tanto en términos anuales (comparando los resultados de un trimestre con los del mismo trimestre del año anterior), como trimestrales (comparando los resultados de un trimestre con los del trimestre inmediatamente anterior), durante el segundo trimestre, con relación al crecimiento de la economía, que se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, el PIB, los resultados fueron malos.

A lo largo del primer trimestre, en términos anuales, el PIB creció 2.5 por ciento. Durante el segundo trimestre el crecimiento fue menor, de 1.5 por ciento. Durante el primer trimestre, en términos trimestrales, el PIB creció 0.5 por ciento. A lo largo del segundo trimestre decreció 0.2 por ciento.

Sin embargo, todo ello está dentro de lo normal, normalidad caracterizada por un crecimiento mediocre del PIB desde hace más de tres décadas. Se escribe rápido, pero son más de 30 años de un crecimiento mediocre, con todo lo que ello significa en términos de oportunidades perdidas para lograr mayores niveles de bienestar para la gente. Normalidad, ¿a qué me refiero?

Entre 1934 y 1982 (sexenios de Cárdenas a López Portillo) el crecimiento promedio anual de la economía mexicana fue de 6.12 por ciento. De 1984 a 2012 (sexenios de De la Madrid a Calderón) resultó de 2.31 por ciento. Entre 2013 y 2015 (primera mitad del sexenio de Peña Nieto) el crecimiento promedio anual de nuestra economía fue de 1.90 por ciento, por debajo del promedio. A lo largo del primer semestre de 2016 dicho crecimiento resultó de 2.45 por ciento.

Durante los 14 trimestres transcurridos del sexenio peñista el crecimiento promedio de la economía mexicana resultó de 2.05 por ciento, algo que podemos considerar normal, normalidad que en México, en materia de crecimiento, significa mediocridad.

¿Algún día lograremos, de manera sostenida, mejores resultados? Se supone que eso, ¡mejores resultados en materia de crecimiento!, es lo que se logrará con las reformas, mismas que, mientras el gobierno no garantice el estado de derecho, resultarán ineficaces.

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@ArturoDammArnal