Deuda pública, cuatro mediciones

 

La más reciente evolución de la deuda del sector público federal, ¿es preocupante?


(Segunda y última parte)

Como porcentaje de los ingresos totales del sector público federal, al final del sexenio de Calderón, en 2012, la deuda total de dicho sector (Gobierno Federal, más Pemex, más CFE, más IMSS, más ISSSTE) representó 152.3 por ciento. A finales de 2015, a mitad del sexenio de Peña Nieto, dicho porcentaje llegó a 191.2 (el sector público tendría que haber destinado 191.2 por ciento de sus ingresos para liquidar sus pasivos). El incremento fue de 38.9 puntos porcentuales, equivalentes a 25.5 por ciento.

Por su parte, en 2012, el servicio de la deuda total del sector público federal (pago de interese, más comisiones, más otros pagos), como porcentaje de los ingresos totales del sector público federal, fue de 8.7. En 2015, tres años después, fue de 9.6 (el sector público destinó 9.6 por ciento de sus ingresos para pagar el servicio de su deuda). El aumento fue de 1.3 puntos porcentuales, que equivalen a 14.9 por ciento.

Los aumentos señalados, ¿deben preocupar? La más reciente evolución de la deuda del sector público federal, ¿es preocupante? Parte de la respuesta la encontramos en la evolución de las tasa de interés a las que los acreedores están dispuestos a prestarle al sector público. Veamos que ha pasado, en lo que va del sexenio peñista, con la tasa de los Cetes a 28 días.

En diciembre de 2012, al final del sexenio de Calderón, dicha tasa de ubicó en 4.05 por ciento. De entonces a enero de 2015 la tendencia fue a la baja y alcanzó, en aquel mes, 2.67 por ciento. El pasado martes, en la subasta primaria, la tasa de Cetes a 28 días terminó en 4.29 por ciento, lo cual significó un aumento, con relación al citado 2.67 por ciento, de 1.62 puntos porcentuales, equivalentes a 60.7 por ciento. Este aumento, ¿refleja un mayor riesgo a la hora de prestarle al sector público? Y si es así, ¿a qué se debe? ¿A una deuda que tiende a crecer?

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