Balance 2016 de la economía y perspectivas hacia 2017

 

2016 será recordado como uno de los años más turbulentos de los últimos tres sexenios


Este 2016 que termina será recordado como uno de los años más turbulentos de los últimos tres sexenios; un año marcado por la depreciación abrupta del peso, el cambio en la trayectoria de la inflación y un posible debilitamiento de la producción y el consumo. Entre los aspectos que se deterioraron en el año está el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que acumuló a noviembre de este año una caída anual de 9 por ciento.

También está la Inflación, que cerrará 2016 por encima del objetivo de 3 por ciento y con posibilidades de incluso rebasar el intervalo de tolerancia de un punto porcentual.

Y por supuesto, el tipo de cambio, que pasó de niveles de 17 pesos por dólar al inicio de 2016 a niveles superiores a los 20 pesos el día de hoy; una depreciación de 20 por ciento.

Sin embargo, es necesario poner en balance otros aspectos de la economía mexicana. De acuerdo con el Banco de México, el sistema financiero se encuentra bien capitalizado y fuerte para resistir el embate de choques externos que pudieran afectar la solvencia de los acreditados, incrementar la morosidad y afectar la rentabilidad de los bancos. Las pruebas de estrés en la capitalización de los bancos arrojan que éstos se encuentran bien para absorber las pérdidas que pudieran surgir por condiciones macroeconómicas muy adversas.

Por otro lado, el monto de las reservas internacionales es adecuado para los riesgos de la economía mexicana, ubicándose en 176 mil millones de dólares. Hay que recordar que el país mantiene la línea de crédito flexible por 84 mil millones de dólares adicionales, sólo en caso de necesitarse.

Finalmente, también existen muchas fortalezas en la economía mexicana. Seguimos siendo la sexta economía en tamaño entre los países emergentes, por detrás de China, India, Rusia, Brasil e Indonesia.

México ocupa el segundo lugar en exportaciones manufactureras, sólo detrás de China, lo que aunado a un bono demográfico que ya casi no se ve en ningún país del mundo comparable con México, nos pone en una posición privilegiada para la inversión en el mediano y el largo plazos.

Ciertamente 2017 será un año no menos desafiante, pero debemos entender que muchos de los riesgos provienen de un ambiente internacional adverso. Solo perfeccionando nuestras bases institucionales alcanzaremos el éxito económico de una democracia moderna.