Candil de la calle

Vladimir Galeana Publicado el
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Sin lugar a dudas el Presidente Andrés Manuel,López Obrador es un hombre singular que quiere marcar una diferencia entre su gobierno y los pasados que encabezaron tanto tricolores como blanquiazules. Y no es que al país le resulte necesario un cambio de esta naturaleza, porque si hacemos comparaciones entre unos y otros, al final podremos darnos cuenta que por mucho que el señor Presidente de la Republica siga epitetando a sus antecesores con la estafeta de corruptos, el que con lobos anda a aullar se enseña.

Hasta ahora el saldo de la carrera política del tabasqueño es exitoso, pero también hay que señalar que está en los inicios de un sexenio que pudiera convertirse en uno de los mejores de la historia del país, o pasar a engrosar la lista de los peores, porque hasta ahora sus principales colaboradores se distinguen por un pasado turbulento en cuanto a su participación en actos de corrupción cuando tuvieron la oportunidad de disponer del dinero publico, y eso los Iguala con sus antecesores.

El propio Andrés Manuel López Obrador tendría que explicar muchas circunstancias vividas en su carrera como activista, pero sobre todo la procedencia del dinero utilizado por tantos años para mantener una campaña permanente. La simple explicación de que ha vivido de las regalías de sus libros lo convierte en un mentiroso porque un libro no produce, por muy exitoso que sea, la cantidad de dinero que se requiere para pagar los costos de tres campañas política presidenciales.

Pero también hay que decir que así como el ha fustigado a muchos miembros de la clase política de los partidos que lo antagonizaron, tendría que responder por sus amistades, esas que se ha vanagloriado en señalar cuando se le ha preguntado. No sé donde haya conocido a Nicolás Maduro, ni tampoco la forma en que construyó su amistad con el sátrapa venzolano, pero si algo me avergüenza es tener un Presidente de la Republica que se vanagloria de mantener una íntima amistad con el asesino del Palacio de Miraflores.

Ahora resulta que el tirano venezolano le ha pedido al Presidente Mexicano la intervención de su gobierno y el de Uruguay que detenta Tabare Vázquez para facilitar el diálogo en el conflicto que mantiene separada a la sociedad venezolana del gobierno que encabeza el heredero de Hugo Chávez. No sé en qué cabeza quepa la posibilidad de que los mexicanos nos sintamos orgullosos de que nuestro Presidente pudiera tratar siquiera de entrometerse en asuntos que no le competen, por mucho que diga que es de buena voluntad.

Y no se le puede permitir que lo haga porque estaría a nombre de los mexicanos avalando a un gobierno tiránico que se ha encargado de empobrecer a los venezolanos para postrarlos a los designios de un sistema mal entendido y diseñado que solamente los ha empobrecido. Él hambre que tienen los venezolanos es inversamente proporcional al cinismo que ha caracterizado a Nicolás Maduro, y por consecuencia a su amigo Andrés Manuel López Obrador. Los mexicanos no debemos permitir que el señor Andrés Manuel López Obrador nos convierta en cómplices del causante de la desgracia de nuestros hermanos venezolanos.

Al tiempo.

Vladimir.galeana@capitalmedia.mx

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