CNTE y XXII, hijas ilegítimas pero todavía legales del PRI

 

La política es el reconocimiento de hijos políticos fuera del matrimonio, pero con derechos adquiridos


La Sección XXII y la CNTE son hijas ilegítimas, pero legales, del sistema político priista/ régimen de gobierno/Estado nacional. Y su fortalecimiento ha sido consecuencia de la posposición de soluciones a la relación política/laboral/corporativa de los maestros como parte de las estructuras de poder priístas del Gobierno Federal.

Apenas en junio del año pasado Gobernación y el gobierno estatal de Gabino Cué Monteagudo firmaron una minuta de compromisos con la XXII otorgándole aún más privilegios en recursos, becas y, sobre todo, manejo de plazas; esas concesiones ocurrieron después de haber sido publicada la reforma educativa en la Constitución.

La XXII y sus métodos de lucha – marchas, plantones, bloqueos– fueron tolerados por el gobierno estatal y luego los gobernadores de Heladio Ramírez López al actual Cué –1986-2016, treinta largos años– subsidiaban sus movilizaciones a la capital de la república.

La gran victoria política de la XXII fue el logro de la doble negociación anual de salarios y prestaciones: le tocaba la nacional del SNTE y luego la negociación estatal con los gobernadores en turno, quienes les dieron privilegios, negocios, concesiones, permisos, instalaciones y mucho dinero en efectivo.

Hasta el 2000, los maestros fueron estructura política/electoral/ideológica del PRI. Los doce años de gobiernos panistas contribuyeron a fortalecer a los maestros del SNTE y a la maestra Elba Esther Gordillo. Cuando el PRI regresó a la presidencia, en el 2012, el SNTE era ya una fuerza por sí misma, le puso severas condiciones al presidente de la república y su lideresa fue encarcelada, pero la estructura del SNTE siguió igual.

La XXII ya ganó al obtener su cartilla de reconocimiento oficial –sin razón oficial, porque forman parte del SNTE como titular de las relaciones laborales con la SEP nacional– de la Secretaría de Gobernación, al asumirlos como interlocutores directos y con ello le dieron también validez oficial a su pliego petitorio. En esas reuniones en Bucareli el Gobierno Federal se ató las manos para cualquier uso de la fuerza contra efectivos sindicales magisteriales.

El sistema/régimen/Estado no supo qué hacer con el SNTE luego del 2000. Con habilidad, la maestra Gordillo quiso todo el poder, pero Manlio Fabio Beltrones y Roberto Madrazo la derrotaron dentro del PRI; sin embargo, Gordillo y el SNTE pactaron con los gobiernos panistas de Fox y Calderón, y en el 2012, el PRI acudió al apoyo del SNTE, pero sin haber fijado antes la agenda de compromisos.

El modelo Salinas de quinazos sindicales se olvidó de reorganizar las relaciones de poder de los grandes sindicatos con el gobierno; se quedaron con el esquema Romero Deschamps de Pemex, de subordinación absoluta a cambio de corrupción; pero el SME y el SNTE tenían vida política propia. En lugar de prever conflictos, el gobierno decidió mirar hacia otro lado: el SME fue liquidado y el SNTE se atrincheró en su fuerza masiva.

La crisis actual con la XXII es producto de un nuevo giro conservador de la política del gobierno, pero sin atender el problema de la vigente dependencia corporativa dentro del sistema priista. El problema magisterial no se resolverá con represión, cárcel y despidos, sino con la reforma estructural del poder corporativo institucional que el PRI heredó de Lázaro Cárdenas y que el PRI neoliberal de Salinas a Peña no ha querido encarar.

La reforma educativa-laboral fue un tibio comienzo, pero fracasó en su implementación y ahora se pagan facturas con marchas y bloqueos.


Política para dummies: La política es el reconocimiento de hijos políticos fuera del matrimonio, pero con derechos adquiridos.

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