Catástrofe humanitaria

 

Ambos Estados tratan de conservar la profesionalidad


Observando a las autoridades de Estados Unidos en su primera visita oficial a México, Rex Tillerson, secretario de Estado, y John Kelly, secretario de Seguridad Nacional, junto a nuestro canciller Luis Videgaray y a nuestro titular de Gobernación, Osorio Chong; sería curioso saber qué es lo que está pensando el ocupante de la Casa Blanca.

Ambos Estados tratan de conservar la profesionalidad en el sentido de que nuestros secretarios no pueden dejar de oír el lamento sordo, pero imparable de lo ofendido que se siente el pueblo mexicano en relación al trato que está recibiendo de su vecino del norte, que además es su principalambos socio económico, político y de seguridad.

Por su parte, los secretarios estadounidenses muestran una cara con la que la política podría ser algo más que el Twitter o el exabrupto pronunciado en cualquier declaración del presidente Donald Trump.

Estamos viviendo tiempos muy difíciles donde sólo hay algo cierto: hoy como ayer estamos a la puerta de una catástrofe humanitaria.

Y es que, tenemos todo el peso de nuestra frontera norte, es decir, a todos nuestros paisanos que van a ser repatriados por la fuerza y además condenados en un sistema que es muy parecido al que realizaron los nazis en Europa con el que desplazaron a gitanos, a judíos y a cualquier elemento que los pudiera perturbar.

Mientras tanto los políticos de ambos países intentan adivinar qué es lo que quiere Trump, al tiempo que millones de personas sólo observan cómo se desmorona el sueño americano.

Ahora tendremos mucha gente que saltará –ojalá que muchos en el sentido figurado y pocos en el sentido físico– los puentes y los muros porque se acabó la esperanza aquí y allá.

El Gobierno mexicano no puede tratar de digerir eso poco a poco, puesto que tenemos mecanismos de solidaridad internacional que hay que utilizar inmediatamente.

Porque no sabemos cuántos paisanos ilegales o legales serán desplazados hacia nuestras fronteras, pero lo que sí sabemos es que nuestros paisanos han perdido el sueño, el equilibrio y la posibilidad de tener una vida tranquila, que es por lo que cruzaron al otro lado para tener ahí lo que aquí no somos capaces de ofrecerles. En una situación en la que además somos el país de tránsito del resto de las Américas.

En ese sentido, México tiene un enorme problema de contingencia humanitaria y en eso no se puede improvisar, pero tampoco puede ser un trabajo aislado del Gobierno mexicano, puesto que todo el orden internacional se está viendo afectado y es algo que no puede estar en manos de los humores de un hombre elegido por la norma democrática de Estados Unidos de América.

Twitter @antonio_navalon