CDMX, presencia delincuencial

 

En la Ciudad de México y áreas conurbadas operan al menos diez grupos delincuenciales dedicados al narcomenudeo, al secuestro y a la extorsión


El diagnóstico es ominoso: en la Ciudad de México y áreas conurbadas operan al menos diez grupos delincuenciales dedicados al narcomenudeo, al secuestro y a la extorsión. El robo de autos llegó a niveles imparables, con 10 mil 596 registrados por las aseguradoras en 2017, mientras que en los dos años anteriores habían sido reportados 8 mil 622 y 8 mil 281 respectivamente. Se recupera menos de la tercera parte.

Con 85 asaltos diarios en cajeros automáticos durante 2017, se batió el récord de 65 que se contabilizaron en 2016. De hecho, un cajero automático es el sitio donde los ciudadanos se sienten más inseguros, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Después siguen el transporte público, los bancos y la calle.

Las cifras están mencionadas en un singular libro que cualquiera puede bajar gratis, llamado “Cómo poner un alto a la inseguridad en México / 5 propuestas para la tranquilidad de la ciudadanía”, firmado por el dueño de una empresa de seguridad privada, Alejandro Desfassiaux.

Hay otra cita impactante, relativa a una encuesta de la asociación Cauce Ciudadano y de la Universidad de Stanford, levantada a 1,387 estudiantes de secundaria en Ecatepec, estado de México, donde 12 por ciento de los adolescentes reportan haber sido invitados a “trabajar” en el narcotráfico. Eso mismo ocurre en todo el país, asegura el autor del libro de 72 páginas que sugiere volver al esquema anterior de tener una Secretaría de Seguridad Pública federal (hoy subsumida en la Secretaría de Gobernación); establecer un Servicio Policial Nacional que integre a todas las fuerzas policiacas del país, con un Colegio Nacional de Oficiales dentro de un mando único; cero tolerancia a delitos menores para recuperar parámetros de convivencia básicos, y reinserción social de presos que hagan centros penitenciarios sustentables, que produzcan sus propios alimentos, fabriquen su ropa y sus muebles y realicen trabajos de mantenimiento carcelario.

Respecto de los grupos que operan en el centro urbano del país, menciona a la Unión Tepito, focalizada en colonias de la delegación Cuauhtémoc, aunque su gente aparece hasta en Ciudad Universitaria. Uno de sus fundadores, Ricardo López Reyes apodado “El Moco”, un expolicía federal acusado de varios crímenes, entre ellos el narcomenudista Horacio Vite, en un bar de la colonia Condesa, fue capturado antier en Naucalpan y entregado a la policía capitalina para responder por dos órdenes de aprehensión. Junto con “El Ostión” Armando Hernández Gómez y Pancho Cayagua, creó ese grupo criminal al que se atribuyen múltiples delitos, como narcomenudeo, extorsión, secuestros, homicidios y contrabando.

El Cártel de Sinaloa operaría en la delegación Venustiano Carranza e inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la CDMX. El Cártel del Sur (desde Guerrero y Morelos) actúa en Chimalhuacán; La Empresa, en Los Reyes la Paz y Cuautitlán; La Nueva Empresa, en Nezahualcóyotl; la Familia Michoacana, en Chalco, Neza, Ecatepec y Tultitlán; Los Zetas en Ixtapaluca, Acolman y Neza; el Cártel de Tláhuac, allí mismo y en otras delegaciones del sur capitalino; Cártel del Golfo, en Ecatepec; Cártel de Tlalpan, en la demarcación del mismo nombre, Xochimilco y otras.

El texto no alude al Cártel Jalisco Nueva Generación, que por cierto ha extendido su poderío hasta en más de 20 de los 32 estados de la república y amenaza con arrebatar la hegemonía criminal que todavía ostenta Sinaloa.