Chamaquean a Roger Waters y Mancera igualito que AMLO

 

Roger Waters en el zócalo de la Ciudad de México aportó dos elementos


El concierto político del músico inglés Roger Waters en el zócalo de la Ciudad de México aportó dos elementos que tienen su espacio en el 2018 presidencial mexicano:

1.- Waters no se preocupó por verificar los datos: el responsable del secuestro y asesinato de 43 normalistas de Ayotzinapa no fue el presidente Peña Nieto sino el PRD: el gobernador perredista-expriista Ángel Aguirre y el alcalde perredista de Iguala José Luis Abarca, éste preso por su responsabilidad en el caso. En los hechos, el caso de los normalistas se conoce como “el Tlatelolco del PRD”. Por tanto, Waters debió de haber dirigido sus exigencias al Palacio del Ayuntamiento donde gobierna Miguel Ángel Mancera en nombre del PRD. O mejor aún: al saludar a Mancera, Waters debió de haberle exigido al gobernante perredista Mancera la aparición de los 43. Al culpar a Peña, Waters sólo demostró que fue chamaqueado por sus anfitriones perredistas del gobierno capitalino.

2.- Como López Obrador, Mancera mandó al diablo a las instituciones: permitió el concierto de Waters a sabiendas que criticaría al presidente mexicano y pondría una marquesina con la frase “renuncia ya”. Las leyes no permiten a extranjeros meterse en política nacional. Al consentirlo y peor aún avalarlo con su presencia y la foto con intenciones de precampaña por su candidatura presidencial, Mancera en los hechos hizo polvo las instituciones republicanas y las leyes. Aunque lo peor fue el hecho de usar el caso de los 43 de responsabilidad perredista como un asunto exclusivo del Gobierno de la República.

Con una ciudad de México ahogada por la inseguridad creciente en las calles y en los hogares, con una ciudad despanzurrada por obras sin control ni sentido urbano, con decisiones capitalinas que tienen que ver más con el relumbrón que lo posicione como precandidato presidencial y luchando contra la imagen de Marcelo Ebrard que lo apabulla, Mancera le dedica más tiempo a la construcción de su figura política que a la administración de los asuntos urgentes de la ciudad que vive sus peores momentos urbanos.

El proceso capitalino para aprobar una constitución local ha carecido de sentido jurídico, la propuesta aprobada por Mancera suena más a sueño guajiro que a utopía política y deja sin resolver el desorden legal de un estado que es ciudad, cabildos que no son alcaldías, un gentilicio inexistente y un grupo promotor formado por expriistas. Sólo por su afán de ser candidato presidencial del PRD sin ser militante, Mancera dejó escapar la oportunidad de una verdadera reorganización de la Ciudad de México en el mapa nacional: el estado 32 con todos sus derechos y obligaciones y un DF similar a Ciudad del vaticano o Washington, D.C. Al final por acuerdo en lo oscurito con el presidente Peña Nieto, Mancera dio el salto cualitativo del DF a Ciudad de México, pero para quedar exactamente igual: una ciudad subordinada a los poderes federales.

THE WHITE HOUSE 2016:

Algo pasa en la política estadounidense. Los medios afines a Hillary Clinton han bombardeado con notas negativas a Donald Trump pero sin efecto en las encuestas… Un nuevo libro que habla de la complicidad del poder entre los Clinton revela que Bill usa la biblioteca del expresidente para seguir seduciendo a becarias y para operar tráfico de influencias a favor de Hillary. El libro Guilty as sin, del periodista Edward Klein, se une a otros que muestran los vicios políticos de los Clinton.