Las horas finales

 

Llegó el momento en el que aquellos que no quieran ser maestros abandonen las escuelas


Hsta el último momento, como si fuera una confesión colectiva de la debilidad del Estado mexicano, la CNTE mantuvo la duda en torno a si impartirían clases o no a partir de hoy, día en el que da inicio el nuevo ciclo escolar.

Y es que, es verdad que en todos los países del mundo hay mafias o grupos organizados que usando las leyes y violentándolas intentan sacar ventaja de ellas. Sin embargo, en países como EU, el Estado siempre es más fuerte que cualquier mafia, ya sea la judía, la italiana o la irlandesa.

Porque desde los tiempos en los que los comunistas desfilaron frente al National Mall de Washington y las ametralladoras hablaron para darle paso al Black Power de Angela Davis y Malcolm X, el imperio del norte siempre fue más fuerte que cualquier Capone, Lucky Luciano u otro mafioso del país.

En ese sentido, aquí ya llegó la hora de la verdad en la que se decidirá si México, no Nuño, no Osorio, sino el Estado mexicano, resulta ser más fuerte o más débil que la CNTE.

Puesto que no es posible que la revolución interrumpida y fracasada de Lucio Cabañas y otros ilustres luchadores de los años 70, tengan ahora triunfos por un mal sentido de lo que representa la democracia y el respeto a los derechos humanos.

Derechos que tengo yo, los tiene usted y los tenemos todos. El derecho que tenemos a circular por las calles libremente, el derecho que tienen nuestros hijos de ir a la escuela y que se les enseñe algo que tenga sentido, el derecho que tenemos los mexicanos de apostarle al futuro y no detenernos simplemente porque hay un grupo minoritario que busca su revolución particular disfrazada de interés educativo nacional.

Es la hora de la verdad, y no basta con decir que no le temblará la mano al Estado mexicano, porque el Estado y la mano también es la mía, la de usted y la de todos.

Llegó el momento en el que aquellos que no quieran ser maestros y prefieran ser revolucionarios, se vayan a los montes y abandonen las escuelas. Pero lo que no hay que olvidar es que nosotros tenemos el derecho a exigir que el Estado haga efectivo el cumplimiento de las leyes.

Y no quiero muertos ni sangre en ese proceso, pero tampoco quiero educar a mis hijos en la frustración, en la ausencia de valores y en una realidad donde el chantaje termina siendo lo único que al final del día impera en la República Mexicana.

@antonio_navalon