Adiós a las armas

 

No hay nada más doloroso que ver a tu pueblo desgarrándose por dentro


Colombia, en estos momentos, está partida en dos. Y es que el próximo domingo sus ciudadanos decidirán en un plebiscito si ponen fin a una guerra que ha durado más de 52 años, o si se da marcha atrás y se rompe el acuerdo que firmaron el Gobierno y las FARC.

Esta votación es histórica, ya que por primera vez los colombianos acudirán a las urnas para participar en una votación sin candidatos, una votación donde no hay boletas plasmadas con partido político alguno, ¡un voto histórico!, trascendental para el futuro de ésta y las siguientes generaciones.

Los millones de colombianos nacidos después de 1965, simplemente no han conocido otra Colombia más que la del conflicto armado con las FARC, los atentados, el secuestro, los homicidios… terribles males que han marcado a toda una generación; sin embargo, se espera que tanta sangre, saña y terror terminen, o por lo menos termine la generada entre el Gobierno y la guerrilla más antigua de América Latina.

Casi un tercio de los afectados por el conflicto en Colombia son jóvenes, y de ahí que ellos respalden la paz, afirmando categóricamente que su apoyo no es para Juan Manuel Santos, o partido alguno, sino porque sueñan con vivir “en un país donde quepan todos, donde no se justifique cargar un arma para decir lo que se piensa”.

Al voltear y contemplar lo que la nación colombiana vive en estos días, reflexiono sobre lo alejado que México está de alcanzar la paz. Para toda una generación ya es cotidiana la violencia, las ejecuciones o el secuestro, y la corrupción es la moneda de cambio.

Colombia, ojalá voten por el sí, porque no hay nada más doloroso que ver a tu pueblo desgarrándose por dentro.

@plumavertical