¡No!

 

Es indispensable la consulta ciudadana


Hay sorpresa mundial por los resultados del plebiscito en Colombia, donde se esperaba confirmar casi por unanimidad los Acuerdos de Paz, después de confrontar un conflicto armado por más de 50 años. Sin embargo, triunfó el No. Ciertamente es dicil de entender este resultado, pero, por respeto al pueblo colombiano, no quiero especular motivos, pues es necesario haber vivido el drama para tener una posición al respecto, cada quien sabe sus razones internas.

La advertencia a México es la clara ineficacia de las figuras de la democracia indirecta. Muchos sectores han postulado la necesidad de ampliar su espectro, pero todos los procesos donde se han aplicado han resultado desairados y eso sólo tiene una lectura: el hartazgo ciudadano y el tremendo desprestigio y falta de credibilidad de partidos, instituciones electorales y servidores públicos. No creemos en nadie, y hay buenas razones para ello.

Se atribuye a fenómenos meteorológicos y a la campaña negra de Uribe el enorme abstencionismo registrado en Colombia, cercano a 70 por ciento, pero se olvida que en México hemos tenido esas cifras en procesos constitucionales de elección directa, sin ciclones de por medio. Cada vez más gente no sale a votar, y eso es precisamente lo esperado por partidos y candidatos, para seguir medrando con prerrogativas y los cuantiosos recursos fiscales a su alcance.

Sin duda, es indispensable la consulta ciudadana. Constituiría, bien aplicada, un freno a las decisiones cupulares, pero no ha funcionado. Hay muchos ejemplos, el presupuesto participativo, el corredor Chapultepec, el catálogo de obras públicas, los comités ciudadanos han merecido porcentajes de participación ciudadana menores a 8 por ciento del padrón. La lectura inducida por los actores políticos es la presunta apatía ciudadana, pero hay mucho más de fondo. Ojalá tomen nota del resultado colombiano. Podrían afrontar también un rotundo ¡No! En 2018.

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