La competitividad de una nación se define como la capacidad de ese país para atraer, retener y multiplicar inversiones directas. Atraer: que los capitalistas decidan invertir directamente en el país. Retener: que los capitales invertidos directamente en el país se queden invertidos directamente en el país. Multiplicar: que las utilidades de los capitales invertidos de manera directa en el país se reinviertan de manera directa en el país. Inversiones directas: las que abren empresas, producen bienes y servicios, crean empleos, y le permite, a quienes obtienen esos puestos de trabajo, generar ingresos, inversiones directas de las que depende el crecimiento de la economía, que se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, inversiones directas que dependen de la competitividad del país.
El Inegi dio a conocer el Índice Nacional de Competitividad 2016, con información hasta el 2015, y la buena noticia es que en los últimos seis años, salvo en 2013, la competitividad del país ha venido aumentando. He aquí el índice: 2010, 98.02; 2011, 99.11; 2012, 100.80; 2013, 100.00; 2014, 100.93; 2015, 102.86. Entre 2010 y 2015 el Índice Nacional de Competitividad aumentó 4.94 por ciento.
Entre 2010 y 2015 este fue el comportamiento de los siete grupos de variables con las que el Inegi calcula el Índice: desempeño macroeconómico, avanzó 2.46 por ciento; instituciones, retrocedió 3.50; capacidades, avanzó 5.89; infraestructura, avanzó 5.41; eficiencia de negocios, avanzó 17.20; innovación, avanzó 5.69; medio ambiente e inclusión social, avanzó 2.61 puntos porcentuales. De los siete grupos de variables sólo el de Instituciones retrocedió entre 2010 y 2015. ¿De qué trata este grupo de variables? Fundamentalmente de la seguridad y la eficiencia del gobierno (entre otras cosas para garantizar la seguridad de los ciudadanos). En materia de seguridad pasamos de un índice de 106.08 en 2010 a uno de 102.85 en 2015, retroceso de 3.04 por ciento. En materia de eficiencia gubernamental pasamos de 102.11 a 98.06, retroceso del 3.97 por ciento. En materia de competitividad, ¿quién frena al país?
