Cuando la condena no es suficiente

 

México, el tercer país más peligroso para los periodistas


Las constantes agresiones y asesinatos de periodistas, 130 desde el año 2000 a la fecha –a los que se suma el asesinato ayer en Culiacán, Sinaloa de Javier Valdez, periodista y escritor especializado en crimen organizado– colocan a México como el tercer país más peligroso para los periodistas después de Siria y Afganistán.

Un vergonzoso tercer lugar que, además, permite que el Comité de Protección a Periodistas advierta que “el Gobierno Mexicano fracasó espectacularmente en castigar la muerte de periodistas”.

Pero el asunto va más allá, al señalarse que en lo que va de 2017 fueron asesinados cinco periodistas, entre ellos Miroslava Breach, en Ciudad Juárez, en donde, de paso, el crimen organizado obligó al cierre del periódico Norte de Ciudad Juárez, cuya última cabeza principal fue “¡ADIÓS!”.

Todo lo anterior genera gran incertidumbre entre los reporteros, especialmente en los sitios identificados como sedes de los cárteles de la droga en México.

El Gobierno Federal creó una subprocuraduría para la defensa de Periodistas que sirve únicamente para “atender amenazas de comunicadores”, sin que desde 2000 hasta la fecha haya llevado ante un juez a los autores de crímenes contra periodistas.

Es importante destacar que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación y algunos funcionarios, pocos por cierto, han condenado los ataques contra periodistas.

En México, el crecimiento de la violencia en el norte y centro del país, e incluso en estados como Veracruz, Michoacán y Guerrero, es algo vergonzoso y peligroso.

El pasado fin de semana, de camino a San Pedro Totolapan, en la Tierra Caliente guerrerense, siete reporteros que viajaban en dos camionetas fueron interceptados por 100 sujetos armados con R15 y cuernos de chivo, sí, ¡cien! Detuvieron a los dos vehículos, bajaron a los comunicadores, les quitaron una camioneta y todos los equipos que llevaban: cámaras fijas, de video, computadoras, tablets, celulares, relojes y otras pertenencias, no sin antes advertirles que “los quemaremos vivos si denuncian”.