Constitución… La oportunidad que se convierte en riesgo…

 

Más que Constitución, parece catálogo de buenos deseos escritos


A estas alturas del partido –segunda década del Siglo XXI–, cualquier país, entidad federativa o ciudad mataría por la oportunidad de reescribir su destino… Y, en teoría, qué mejor forma de hacerlo que con una nueva Constitución.

Esa parecía ser la oportunidad para la Ciudad de México, que a causa del populismo, se está convirtiendo en un verdadero peligro…

El anteproyecto de Constitución es, por decir lo menos, anticonstitucional… Lleno de ambigüedades y que, en materia de desarrollo urbano, en su artículo 21, dedicado al Ordenamiento Territorial, manosea términos como “la función social del suelo y la propiedad” o la “recuperación de plusvalías”…

Más que Constitución, parece catálogo de buenos deseos escritos desde una visión populista y alejada de la ley y la realidad, combatiendo en el discurso aspectos como la gentrificación, y estableciendo la necesidad de hacer vivienda para los más pobres, pero sin brindar elementos que sean la base para hacer esto viable.

¿Hace falta una Constitución, aunque esté tan mal hecha?

URBANIDADES

La posición oficial es clara; es inminente el recorte presupuestal, y en consecuencia inevitable, la reducción (estimada en 30 por ciento) a la partida destinada a subsidios a la vivienda 2017, sin embargo, se buscará realizar el mismo número de acciones que este año: 130 mil.

Si Pitágoras no miente; mismas acciones con 30 por ciento menos lana equivale a reducir en el mismo porcentaje el ticket promedio de las operaciones.

Puede no estar mal, porque implica dirigir el subsidio a la base de la pirámide, el problema está en que se haga el anuncio a punto de finalizar el año y cuando las casas que se pretende colocar en 2017 ya están en proceso de producción, lo que, señalan los empresarios del sector, se traducirá en sobreinventarios que representarían quebranto económico y pérdida de empleo.