Profepa vs Mancera

 

Mancera denuncia públicamente que desde el Gobierno Federal se le amenaza con el acoso de la Profepa


Según sus propias palabras, parece que al gobernante capitalino, Miguel Ángel Mancera, se le agotaron la paciencia y la buena voluntad para el Gobierno Federal.

Causas podría haber muchas, pero todo indica que la que cambió desde su percepción hasta su humor, está alrededor del activismo de la Semarnat, encabezada por Rafael Pacchiano.

Desde que esa dependencia asumió plenamente el manejo de la política ecológica en la ciudad de México la popularidad de Mancera se derrumbó.

Primero fue la modificación unilateral, y algunos dicen que anticonstitucional, del programa Hoy no Circula, haciendo pedazos todas las decisiones tomadas en el sexenio para modernizarlo y hacerlo más equitativo. Después vino el cambio absoluto del modelo de Verificación Vehicular, también decretado por la autoridad federal, pero sólo atendido en la Ciudad de México y el Edomex; todo justificado por una “crisis ambiental” inducida a partir de la reducción de los niveles máximos con los que la calidad del aire se considera suficientemente mala para endurecer la restricción de la circulación de vehículos automotores. Es decir, el nivel de contaminación que era legalmente regular hasta el 30 de marzo, se volvió intolerable y peligroso, por decreto, a partir del 1 de abril.

Cada una de estas medidas alteró y afectó gravemente, tanto la logística como la economía de los capitalinos, quienes además atestiguaron cómo, mientras las autoridades hablaban de Megalópolis, la obligación de dejar de circular y ajustar toda su logística, incluida la familiar, sólo afectaba a quienes están domiciliados en lo que antes era el Distrito Federal.

Así como la vida de los capitalinos se volvió cada vez más complicada por el relanzado Hoy no Circula, la popularidad de Mancera cayó en picada de forma directamente proporcional porque, entre otras cosas, la medida demostró su ineficacia para hacer disminuir los índices de ozono en el aire y todos los capitalinos pudieron notarlo.

El problema de Mancera fue que, ni se deslindó ni protestó a tiempo contra las medidas y, cuando el protagonismo de Semarnat se desbordó a través de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, cuyo titular prácticamente declaró que todas las calcomanías Cero y Doble Cero en circulación habían sido otorgadas indebidamente, casi fraudulentamente, ya no era tiempo ni de protestar ni de poner distancia a las nuevas medidas, porque el propio jefe de Gobierno las había consentido, avalado o al menos acompañado en el pasado reciente.

Hoy, Mancera denuncia  públicamente que desde el Gobierno Federal se le amenaza con el acoso de la Profepa, pero lo hace a destiempo, lo hace directamente en lugar de enviar a su colaboradora Tanya Müller, y lo hace cuando está documentado su aval a cada una de las decisiones que se tomaron en material “ambiental”, y que rápidamente minaron su capital político y su posición como precandidato presidencial.