Contingencias

 

Las causas no son climáticas, son resultado de la errática gestión pública


La gestión de una urbe como la nuestra no puede construirse en el discurso hueco y las mediciones de imagen. Los propósitos, aun cuando tuvieran sustento, no bastan para gobernar. Se requieren visión y programa, congruencia y seriedad. La realidad se impuso, y su victoria es dramática, una semana continua de contingencia ambiental, algo nunca vivido, pero ya con carta de naturalización. Antes temíamos al invierno por la inversión térmica, ahora también al verano, pues no hay dispersión de contaminantes.

Debe irse al fondo. Las causas no son climáticas, son resultado de la errática gestión pública de la sociedad mercantil al frente de esta ciudad.

Para justificarse no hay reparo en contradecirse.

Antes sustentaron las inconstitucionales fotomultas en “la protección de la vida”, hoy se duelen de la decisión de bajar los índices para determinar contingencia. En este caso no importan la salud y la vida, sino la impopularidad creciente. Casi suplican dejarlos llegar a septiembre sin moverles el piso, pues, se dice, entonces se irán para embarcarse en la aventura sin destino.

Pueden hacerse muchas cosas, pero molestarían a las clientelas. Los automovilistas padecemos las restricciones, no así los microbuses, tráileres y las chimeneas oficiales de los camiones recogedores de basura, aportantes mayoritarios del veneno. Con ellos no se meten, como tampoco con la industria. El piso no es parejo.

Esta crisis también deriva de las bizarras decisiones que llevaron a cerrar prácticamente arterias como 20 de noviembre, reducida a 2 carriles, o a instalar inexplicables obstáculos, postes y jardineras, en las esquinas de las avenidas. Ahorcaron la ciudad y ahora les asusta el cadáver balanceándose.

Tampoco ponen en orden a quienes obstaculizan el frente de sus casas para evitar, indebidamente, el estacionamiento. Ello se traduce en vueltas interminables buscando espacio. Mejor afectan automovilistas, aunque sean víctimas de su incompetencia.