Contracultura política

 

A AMLO ya no se le considera como antaño “un peligro”


Defínese como contracultura a los valores, tendencias, formas de convivencia y de percepciones de una sociedad, y que se manifiestan de forma sistemática en contra de las formas establecidas.

Theodore Roszak fue quien acuñó el término en su libro “El nacimiento de una contracultura” publicado en el año de 1968, y que fue parte de ese gran movimiento social que se generó en diversas partes del mundo y que propició una etapa de cuestionamientos en el orden imperante en casi todas las sociedades.

Aunque en la práctica existen tendencias contraculturales en la mayor parte de las sociedades, el término “contracultura” se utiliza para referenciar un movimiento organizado que busca influir en las masas y permanecer un tiempo determinado, o indefinidamente como ha ocurrido en algunos de los países que han mantenido dictaduras familiares por mucho tiempo, o regímenes totalitarios. Aunque habrá que señalar que el caso de China merece mención aparte, pues aunque sigue manteniendo gobiernos cuasidictatoriales han tenido una gran apertura al mundo.

La estrategia que ha venido implementando Andrés Manuel López Obrador para cambiar las percepciones acerca de su posible llegada al poder en México ha resultado exitosa. Ya no se le considera como antaño “un peligro”, pero tampoco ha generado la confianza de muchos sectores poderosos, sobre todo en materia económica, y requiere profundizar la estrategia del cambio cultural para modificar los valores de diversos sectores sociales que son los que mayormente se muestran renuentes a su posible triunfo en el 2018.

El discurso de Claudia Sheinbaum en el Cuarto Congreso Nacional Extraordinario de Morena, fue pletórico en citas para mantener la tendencia de la contracultura.

“No se confundan, nosotros estamos con la democracia, la paz y justicia, no con el autoritarismo, ése lo queremos desterrar del país”. Claro está que se refiere al autoritarismo del que siempre se acusó a los tricolores, pero nunca a la forma de tomar determinaciones del señor López Obrador. Esa es parte de ese proceso de contracultura que están instrumentando.

Otra muestra es la propuesta de la senadora María del Rosario Pérez, quien propuso a la actriz Kate del Castillo para recibir la medalla Belisario Domínguez debido a los problemas que ha enfrentado con el gobierno tras su visita al narcotraficante Joaquín Guzmán Loera. Seguramente el chiapaneco y héroe de la libertad de expresión debe estar revolcándose en su tumba después de enterarse que es parte de una deleznable estrategia que busca destruir los cimientos culturales del país.

Lo que tiene que quedar en claro es que este tipo de declaraciones públicas no son aisladas, sino parte de esa estrategia de contracultura planeada por Andrés Manuel López Obrador buscando derribar los cimientos de la sociedad actual e imponer otros más cercanos a sus principales fines cuando se haga del poder.

Lo que nos tiene que quedar en claro es que no son ocurrencias de momento, sino parte de una estrategia muy planeada y estructurada para modificar nuestros valores y asegurar su permanencia durante un largo tiempo en el poder. Así de simple. Al tiempo.

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