Corcobado, artista disruptor y oculto

 

Es uno de esos personajes que forman parte de la cultura alternativa por convicción


Procedente de alguna parte oscura del subconsciente, Javier Corcobado es uno de esos personajes que forman parte de la cultura alternativa por convicción, más que por el accidente que supone la fama.

Con Mar Otra Vez grabó sus primeros trabajos a mediados de la década de los 80, como parte de la ola No Wave –respuesta creativa al término New Wave con el que se conoció en su momento al ahora llamado post punk–, que recientemente tuvo un reencuentro con motivo de su 30 aniversario.

Esta semana de visita en México, Javier recordaba que en 1988 se grabó el disco Demonios Tus Ojos, proyecto desarrollado con su batería; aunque no hay planes para volverlo a tocar. Para lo que sí habría planes, es para tocar con Los Chatarreros de Sangre y Cielo, con quienes tocó entre 1991 y 1995, y editarían cuatro discos.

Corcobado se presentará en una extensa gira por la República Mexicana durante abril. Comienza este viernes en la Ciudad de México en el Teatro Metropolitan, luego visitará Aguascalientes el 7, Querétaro el 8, Toluca el 13, Texcoco el 14, Morelia el 15, Guadalajara el 19, Pachuca el 20, Puebla el 27 y Monterrey el 28.

Una larga lista de discos conforman el trabajo del artista nacido en Alemania y nacionalizado español. Mujer y Victoria, publicado a finales de 2016, es un disco con canciones de amor, al estilo de este crooner, quien busca acercarse a la intensidad del público mexicano.

Desde 2004 Javier y un grupo de músicos con quienes se asoció desarrollan un concepto “disruptor” denominado “Canción de Amor de un Día”, pieza musical que, precisó, ya está grabada, pero su distribución resulta compleja, pues, en su formato normal, ocupa un disco duro completo.

En la obra musical de 24 horas de duración, participaron 62 artistas. Actualmente trabaja con más de 70 videocreadores y realizadores en la fase de imagen del proyecto.

Corcobado también es poeta y su nuevo poemario Dios perdona a Satanás, de Huerga y Fierro Editores, lo trajo a México en noviembre pasado a presentar tertulias de cercanía con su público más allegado.

Más allá de ser un artista de culto, Corcobado busca ser discreto y estar oculto, pero también hay momentos en que busca presentarse con un público amplio y compartir sus composiciones de 30 años de carrera, acompañado por una orquesta para destacar el sonido acústico, un espectáculo que merece la pena.

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