Corrupción hipócrita

La gran calamidad de México sigue siendo la corrupción
CAPITAL DIGITAL Publicado el
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El día de hoy RefleXiono sobre… la gran calamidad de México sigue siendo la corrupción, flagelo que socava a la sociedad. Una es la que sabemos por lo que nos informan algunos medios y otra es la que no nos enteramos. En el caso de escándalos como el de Duarte es muy fácil el juicio público, lo que no se entiende es que si ya se sabía lo que estaba pasando ¿por qué nadie hizo nada? Pero regresando al caso de la corrupción que no se sabe, es aquella que se disfraza de honestidad y se da en cualquier ámbito. Empresarios que recalcan su confianza en México para invertir, cuando la realidad es que sacan jugosos contratos del gobierno y por ello invierten. Aunque luego canten que lo hacen porque creen en el futuro del país. Esos sí son hipócritas. También están los periodistas de renombre que se cortan las venas y engañan al público que de manera inocente cree que son críticos del sistema y que no tienen interés alguno (¡a ha!); esos son los peores, porque escriben con la derecha y reciben con la izquierda. Gente que denosta sin pensar en el daño que hacen con tal de tomar revanchas personales o atender intereses particulares.

Otro ejemplo de corrupción es la que aprendemos en la escuela, desde que copiamos o sacamos un acordeón en el examen. También son las acciones de jueces corruptos que al liberar a los enemigos de la sociedad le dan la puntilla al clima social, ya tan debilitado. Incluso los criminales han sido permeados por la corrupción, ya no hay códigos de honor. En fin, que México cada día está peor y no se ve la luz de salida. Nadie debería de lanzar la primera piedra y todos lo hacemos. Nadie tiene el valor de reconocer lo que está pasando en nuestro país y sin embargo lo sabemos. Todo el mundo ataca y defiende posturas personales avalados por razonamientos parciales y enjuiciando a quien no piensa como uno. Hay muchos mercenarios hipócritas que venden una imagen de pulcritud y que en realidad está más sucia que un tiradero de basura. Ojalá dejemos de lanzar pedradas y comencemos a poner ladrillos para construir un mejor país, en lugar de tratar de destruir al que interfiere o pisa callos… ADIÓS…

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