Crímenes y horrores

Esta obra consiste en una serie de noticias seleccionadas por su carácter morboso
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Sergio Rojas Ramírez/LECTURAS A LA DERIVA

Esta obra consiste en una serie de noticias seleccionadas por su carácter morboso, como la de un robo a una hacienda donde violaron y degollaron tanto a sirvientes como a los amos, cuyos cadáveres fueron hallados con el cráneo despedazado; otra nota sorprendente es el relato acerca de una corrida entre un toro y un tigre en una plaza de la capital.

La unidad temática del libro está dada por el oficio de historiador para que el lector observe directamente los “eventos” cotidianos y laterales a los acontecimientos del siglo XIX. Sólo de esa forma se percibe la paradójica actitud que a veces resulta absurda, como la que desempeña un hijo cuando mata a su padre porque éste le maltrató una gallina mientras barría el corral; estas son algunas de las curiosas pero vehementes realidades dignas de ser contadas por los periódicos decimonónicos.

Agustín Sánchez lleva de la mano al lector para escuchar a los heraldos que gritaban los encabezados y leían en voz alta los sumarios de las noticias. Esto tiene mayor efecto porque el autor incluye a personalidades famosas del periodismo a lo largo del siglo XIX, que van de Vicente Riva Palacio a Ángel del Campo; lo cierto es que el receptor de hoy tiene oportunidad de conocer la vida ordinaria del siglo XIX.

Cuando lean esta obra, notarán que el autor se desplaza en dos sentidos: el periodístico y el historiográfico. El primero se muestras mediante el trabajo de edición crítica, porque hay una labor minuciosa de selección destacable en los sumarios y en las cabezas; por eso, el lector actual percibirá de inmediato el preciso acondicionamiento de textos escogidos, por demás abundante en las llamadas “notas rojas”.

El otro nivel donde el historiador se desarrolla es en el aseguramiento del contenido, porque el autor muestra la vida cotidiana, los hechos ordinarios, de la gente; vemos cómo se tornan en personajes porque las circunstancias los llevaron a conductas extraordinarias, como el caporal que es atacado por un oso en medio de un ruedo – tras provocar al animal para enfrentar a un toro bravo.

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