Crisis de salud en Tabasco

 

La situación que enfrentan los trabajadores y el equipo médico de la Secretaría de Salud es de alto riesgo, y puede empeorar en las siguientes semanas


Javier Martín Hernández, periodista tabasqueño, ha insistido mucho en los últimos meses de la crisis que enfrenta el estado en materia hospitalaria a causa del desabasto de medicamentos, pero sobre todo, instrumental, ya que hasta ahora el gobierno encabezado por Arturo Núñez Jiménez poco aprecio hace por mantener el orden financiero de su administración. Desde hace tiempo en diversos hospitales han surgido y circulado comunicados anónimos para denunciar la serie de emergencias que se vive a causa del desabasto, pero también del hurto y saqueo organizado por los propios directivos.

El titular de salud, Rommel Cerna Leeder, ha tenido que reconocer la crisis, aunque también le ha dado por negar la inoperatividad de algunas áreas claves, como es el caso de la de cirugías, pero dicen las malas lenguas que lo siguen sosteniendo por las complicidades que tiene al más alto nivel aunque se siga poniendo en riesgo áreas claves. También se dice que lo sostienen pese a que coloca en situación de vulnerabilidad a muchos pacientes porque el personal normalmente no tiene instrumentos y el material mínimo indispensable para hacer su trabajo de forma segura, lo que pone en peligro la estabilidad y recuperación de los enfermos.

Hace meses que el presidente de la Asociación Civil Proveedores de Tabasco, Alberto Falconi, denunció que los pasivos que el sector salud de Tabasco mantiene con los empresarios –en el caso de no liberarse de forma inmediata– terminarán por afectarlos a ellos también, pero más a las instituciones de salud. El problema es que con todo y las advertencias no hubo cumplimiento y el caos se apoderó de los hospitales públicos, como es el caso del Hospital de Alta Especialidad “Gustavo Rovirosa”, uno de los más importantes de la zona, pues brinda servicios a la población de estados vecinos como Chiapas, Campeche y Veracruz. Su relevancia es tal que se realizan un promedio de 15 cirugías por día, lo que equivale a casi 500 cada mes.

El problema es que para la realización de todo tipo de cirugías se requieren medicamentos, instrumental y que los equipos médicos funcionen de forma eficiente, lo que desde luego no se cumple porque no se respeta lo que disponen las normas de la materia, incrementándose los riesgos de los enfermos lo mismo que la responsabilidad de los trabajadores de salud.

Para decirlo de otra forma, la situación que enfrentan los trabajadores y el equipo médico de la Secretaría de Salud es de alto riesgo, y puede empeorar en las siguientes semanas.

Quizá lo más dramático es que en el Hospital del Niño los propios trabajadores reconocen que el material que utilizan en beneficio de la niñez tabasqueña en muchas ocasiones es proporcionado por los propios médicos y proviene de instituciones federales donde prestan sus servicios, lo que quiere decir que ante la irresponsabilidad de los altos funcionarios de Tabasco ellos tienen que sustraer medicamentos en las áreas federales para evitar mayores desgracias en la niñez tabasqueña.

Hace algunas semanas denuncie en este espacio al hijastro del gobernador Arturo Núñez, Amet Ramos Troconis, quien funge como titular de la Secretaría de Finanzas, como el responsable del desabasto en los hospitales, pero también de no cumplir con los pagos a proveedores desde hace muchos meses. Este señor es el culpable de la crisis humanitaria en los hospitales y que muchos niños sigan sin tener la debida atención hospitalaria. La ambición de un presunto ladrón es infinitamente mayor que su sentido de la piedad, pero tarde o temprano tendrá que responder ante la justicia. Al tiempo.