¿Cuál es el problema?

Según lo aprobó el INE, 6 mil 778 millones de pesos es la cantidad de dinero que recibirán los partidos políticos y candidatos independientes el año entrante, año de elecciones, año de LA elección, la presidencial.

Nunca antes partidos políticos y candidatos independientes habían recibido tal cantidad de dinero y, si no se hace algo al respecto, no pasará mucho tiempo antes de que se les asigne una cantidad mayor.

Lo que ha enojado a muchos es la cantidad de dinero que se les asignará a los partidos políticos y candidatos independientes, 6.8 miles de millones de pesos, cantidad que, dicha así, suena enorme. ¿Pero qué sucede si la prorrateamos entre la población ocupada de este país, que al segundo trimestre del año sumó, según los datos del Inegi, 52 millones 198 mil 611 personas? Que la cantidad resultante es de “sólo” 129 pesos con 85 centavos, cantidad que, dicha así, suena pequeña. Este ejercicio, ¿tiene la intención de justificar la decisión del INE de asignar a partidos políticos y candidatos independientes un presupuesto de 6.8 miles de millones de pesos para el 2018? De ninguna manera, pero sí tiene el propósito de señalar el verdadero problema: el del “financiamiento” a los partidos políticos y candidatos independientes con dinero público, al margen de cuánto, mucho o poco, sea el presupuesto asignado.

¿Es ético obligar al contribuyente a entregarle al gobierno parte del producto de su trabajo (que en eso consiste cobrar impuestos), para con parte de lo recaudado subsidiar (esta es la palabra correcta, subsidiar, no financiar) a los partidos políticos y a los candidatos independientes; es decir, para obligar a los ciudadanos a subsidiar a candidatos independientes y partidos políticos con los que pueden no comulgar, a los que voluntariamente nos les darían ni un peso? Recaudados los impuestos, ¿el gobierno puede hacer con ese dinero lo que le dé la gana, destinarlo a cualquier fin que se le ocurra, como de hecho sucede? No, claro que no. Y sin embargo…