Cuando la ciudad no era estado…

…Sino capital nacional, los gobernadores, regentes de aquel entonces, tenían cuidado en no equivocarse.

Todo daño iba directo al presidente de la República, jefe y autor del nombramiento del funcionario.

Varios regentes fueron removidos por excesos en ejercicio de su autoridad. El más recordado es el llamado “regente de hierro”, Ernesto P. Uruchurtu, quien recibió el nombramiento de Adolfo Ruiz Cortines y siguió con Adolfo el Joven y luego de mucho tiempo de ser mencionado como el mejor gobernante citadino, el “hombre de las gladiolas” fue corrido por apalear y destruir con trascavos un asentamiento irregular.

Las fallas de los regentes se trasladaban en automático al presidente. Y eso que no conocíamos los estribillos de “fue el Estado” o de “¿cuántos, señor presidente, cuántos más?”

Viene al caso cuando vemos la irresponsabilidad con que se maneja lo relativo al sismo del 19 de septiembre. El dueño de la hoy ciudad-Estado, Miguel Ángel “Ternurita” Mancera, en su más inmediata previsión decidió esconder la información de los edificios siniestrados.

Para eso, acordó la caída del sistema electrónico de Seduvi, dependencia que registra los inmuebles en construcción, considerando a los responsables de obra y los datos que permitirían establecer responsabilidades por negligencia o corrupción.

El sistema, en la calle de Sullivan, sólo fue afectado en la fibra óptica, pero el inmueble no tuvo daños; pues resulta sospechoso, porque los malquerientes del gobernador aseguran que tras esta maniobra se encuentra Simón Levy, uno de los más activos vendedores de espacios del antes Distrito Federal.

Levy, afirman, es uno de los más activos “desarrolladores” capitalinos, esto es: constructor de vivienda. Sus tentáculos se extienden a lo largo y ancho del Valle de México y es autor de ideas, como el frustrado Corredor Chapultepec.

Hoy es el promotor de la ampliación de construcciones en las zonas más dañadas. Cuando el Corredor Chapultepec, difundió ante los medios que haría una consulta, pero que independientemente de eso, él no negociaría con nadie y por lo tanto “el corredor va”.

En sus negocios el joven emprendedor, como le nombran en las redes, lleva como socio a Mancera; de allí que no exista información sobre edificios dañados y que la declaratoria, como tal, se haga a pie y con papelitos que llegan a contradecirse.

Se ha iniciado un negocio con perspectivas de ganancia infinita y no es algo para despreciar. Lo estamos comprobando…

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