“Cuernos en el ombligo de la luna”

 

Cornucopia mexicana y Nueva cornucopiamexicana son dos libros del escritor José Moreno Villa


Carlos Rojas Martínez

Una cornucopia es un cuerno copioso, relleno de riquezas y sabrosos manjares; este hueso que, por accidente, Zeus rompió, y para reparar el daño, lo volvió símbolo de la abundancia, se encuentra en varios de los escudos nacionales de países latinoamericanos, verbigracia: Colombia, Perú y Venezuela.

Cornucopia mexicana y Nueva cornucopiamexicana son dos libros del escritor José Moreno Villa, español y mexicano al mismo tiempo, como él mismo se consideraba. Hablaré un poco del segundo de estos textos con la intención de transmitir un poco de lo mucho que me atrapó su lectura.

La edición que tengo es la de SepSetentas, la primera de 1976; Nueva cornucopia mexicana está compuesta de treinta y ocho artículos periodísticos que, en su mayoría, se publicaron en Novedades, en su sección “México en la cultura”, a finales de los años 40 y principios de los 50 del Siglo XX.

Tales artículos vienen acompañados de dibujos y pinturas que realizó el mismo Moreno Villa; con una maestría envidiable elaboró las caricaturas de Samuel Ramos, Daniel Cosío Villegas, Agustín Yáñez, Alí Chumacero, Emilio Uranga, Juan José Arreola, et. al., tenía una fijación por las manos, se incluyen en este libro la de Octavio Paz, Enrique González Martínez y Alfonso Reyes. Tiene un libro que se llama Doce manos mexicanas.

¿De qué van los artículos? Los temas son variados, de la herrería a las tardes cálidas de Acapulco, de la comparación entre Coatlicue y Ganesha a los giros lingüísticos, la pluma del escritor abarca casi todo. Moreno Villa busca el detalle, en uno de estos artículos que lleva por nombre “Mil Cumbres”, en referencia a la carretera moreliana; dice que: “La inmensa mayoría cree que los corderos y los chinos son todos iguales; cosa que no aceptan el pastor ni el mandarín, porque conocen los rasgos característicos de cada individuo”.

Uno que me llama mucho la atención, es el artículo de 1947 que intitula “En el Jardín de las Rosas…”, así, con los tres puntos que no son cholos. En éste habla de cuando el secretario de Relaciones Exteriores, Jaime Torres Bodet, inauguró las dos esculturas que se encuentran en la rosaleda moreliana; termino mi columna con el puro inicio, la puntita, para que el lector se quede picado, también el albur fue un tema para Moreno Villa, pero será para después, a lo que te “truje”, Chencha: “En el Jardín de las Rosas –así, con mayúscula, porque alude a las colegialas de Santa Rosa de Lima– se han sentado en forma monumental don Miguel de Cervantes y don Vasco de Quiroga por voluntad libérrima y noble de la Universidad Michoacana. El acto se ha comentado en los periódicos y sospecho que muchos hogares por lo que tiene de gota de bálsamo. ¿Será verdad que el mundo busca ya la concordia?”.