El camino de la violencia

 

¿Y la educación de nuestros hijos?


Si de algo podemos estar seguros es que los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación han tenido una intensa preparación. El problema es que para lo que menos se han preparado es para estar al frente de un salón de clases, porque eso no saben hacerlo y tampoco les interesa. Lo que ellos quieren es recibir dinero por andar en las calles cometiendo desmanes, que es algo que les resulta más fácil porque para eso no se requiere estudiar.

Desconozco si lo que estamos viviendo en estos momentos respecto del movimiento magisterial, que no tiene nada de tranquilo y sí mucho de violento, vaya a parar pronto, se tarde un poco, o simplemente se pasme por mucho tiempo.

Y no es que los mexicanos tengamos unas ganas irrefrenables de que ocurra algo así, más bien de lo que tenemos ganas es de que no le tiemble la mano al gobierno cuando de meter orden se trate, y tampoco al Poder Judicial cuando los condene por todo el daño que han causado a nuestros hijos.

Son incontables los enfrentamientos que han organizado para demostrar a los gobernantes lo que ellos saben hacer para defender lo que han ganado, y esa es la justificación que utilizan para hacer desmanes un día sí y otro también. De lo que se trata es de demostrar de qué cuero salen más correas y quién tiene el poder de ganarle al otro.

¿Y la educación de nuestros hijos? Eso les importa poco porque están metidos en una lucha ideológica que privilegia la ignorancia para sojuzgar a los pueblos. Para decirlo de otra forma, mientras un sector de la población trabaja arduamente para tener una mejor vida, los maestros se han vuelto expertos en marchas, mítines, plantones, toma de oficinas, vandalismo, robo, sedición, sabotaje y otras lindezas más.

Su máxima aspiración es tener un Gobierno que se convierta en la dictadura de los idiotas, tal y como ocurrió en Venezuela. Ese es el ideal de estúpidos como Rubén Núñez Ginez y sus corifeos, que lo más que ha alcanzado es que lo consideremos un delincuente peligroso que bien podría merecer un par de decenas de años de cárcel. Si esta vez el Gobierno Federal cede, estará condenado al fracaso que es lo que siempre ha buscado el grupo de choque magisterial.

Al tiempo.

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