De helicópteros y pérdidas

 

Lo que más importa es la pérdida de vidas en el percance trágico de Jamiltepec


Lo que más importa, sin lugar a dudas, es la pérdida de vidas humanas en el percance trágico de Jamiltepec, Oaxaca, el viernes 16 de febrero, fueron 14. Hubo más víctimas en tierra, campesinos pobres, de las que viajaban en el helicóptero UH-60M de la Secretaría de la Defensa Nacional. Entre quienes salvaron la vida estaban el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, y el gobernador oaxaqueño Alejandro Murat.

Más allá de la aceptación de la responsabilidad por la caída del helicóptero, el secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, ofreció explicaciones poco convincentes sobre algunas de las causas de la tragedia: 1) la hora en que la aeronave arribaba a Jamiltepec, después de las nueve de la noche, y 2) el polvo que se formó por las propias aspas cuando el aparato se disponía al aterrizaje, lo que provocó “desorientación” en el piloto.

Vale decir que el helicóptero, el más sofisticado de todas las versiones del Black Hawk, también llamado Halcón Negro, de los últimos 30 años. Cuenta con un control automático de vuelo, visión infrarroja para operaciones nocturnas o de muy baja visibilidad, diseñado para prestar auxilio a la población civil en casos de desastre.

Si el Black Hawk hubiese pertenecido a la Secretaría de Seguridad Pública, su destrucción en la caída sobre vehículos terrestres y sobre personas que aguardaban en tierra habría representado 14 millones de dólares, el precio que pagó su titular en el sexenio anterior Genaro García Luna.

Si su propietaria fuese la Secretaría de Marina, la pérdida alcanzaría los 28 millones de dólares, cantidad en que adquirió los mismos helicópteros la Armada de México.

Pero como parte de los recientes 18 aparatos idénticos que adquirió la Secretaría de la Defensa Nacional, en el marco de las ayudas estadounidenses a través de la Iniciativa Mérida, el costo de la aeronave se elevó a 36.5 millones de dólares, como reportó en su momento el Departamento de Estado del país vecino.

El precio de la misma aeronave se duplicó entre las primeras y las segundas adquisiciones, pero casi se triplicó cuando Sedena decidió tener sus propios Black Hawk, fabricados por Sikorsky. No hay explicación lógica.

En el amplio espectro de posibles usos del aparato está, además del auxilio a damnificados, un sistema de navegación especialmente diseñado para la más complicada maniobrabilidad en condiciones extremas, un sistema inteligente de radar, dotado de visión nocturna con rayos infrarrojos.

Los UH-60M están blindados hasta soportar disparos de calibre .23, habilitados con ametralladoras calibre .50 y 7.62 automáticas, además de contar con lanzamisiles y cohetes antitanque.

¿Recuerda usted las ráfagas disparadas en Tepic, Nayarit, hace exactamente un año en contra de una supuesta casa de seguridad de la delincuencia organizada, desde un helicóptero similar, una verdadera masacre desde el aire, a la que entonces se llamó ataque disuasivo?

Fue entonces un helicóptero de la Marina el que se empleó en un “enfrentamiento” con el grupo criminal de “El H-2”, Juan Francisco Patrón Sánchez. Se le atribuía ser el nuevo líder de la organización Beltrán Leyva, después que fue capturado en San Miguel de Allende el mayor de los Beltrán, Héctor “El H”, en 2014.

De todas formas nunca sabremos el resultado técnico del análisis del “halcón que cae”, como tampoco se ha hecho pública la información de 143 aeronaves militares siniestradas en los 20 años recientes.