Deflación, ¿por qué no?

 

A lo largo del tiempo, con la misma cantidad de dinero, pueda comprarse una mayor cantidad de los mismos bienes y servicios


Con relación al dinero tres son las posibilidades. 1) Que preserve su poder adquisitivo: que al paso del tiempo, con la misma cantidad de dinero, pueda comprarse la misma cantidad de los mismos bienes y servicios. 2) Que pierda poder adquisitivo: que al paso del tiempo, con la misma cantidad de dinero, pueda comprarse una menor cantidad de los mismos bienes y servicios. En una sola palabra: inflación. 3) Que gane poder adquisitivo: que al paso del tiempo, con la misma cantidad de dinero, pueda comprarse una mayor cantidad de los mismos bienes y servicios. En una sola palabra: deflación.

Siendo el problema económico de fondo la escasez (no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis), y que el bienestar de la gente depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que dispone (cantidad que debe ser suficiente, calidad que debe ser óptima, variedad que debe ser la adecuada), ¿cuál de las tres posibilidades, con relación al poder adquisitivo del dinero, es la que contribuye a reducir la escasez (poder comprar más bienes y servicios) y a elevar el bienestar (disponer de más satisfactores)? La deflación: que a lo largo del tiempo, con la misma cantidad de dinero, pueda comprarse una mayor cantidad de los mismos bienes y servicios.

Pese a lo anterior, leemos en el artículo 28 constitucional que la tarea del Banco de México es “procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional”, primera de las tres opciones, y el Banco Central ha fijado una meta de inflación (a la cual ya se le da el adjetivo de “permanente”) del tres por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error, segunda de las tres opciones. En ningún caso se considera la tercera posibilidad, la deflación. ¿Por qué? Porque desde Keynes se considera que la deflación es un mal mayor que la inflación, razón para evitarla. Los keynesianos, ¿aciertan en este punto? No.