Denunciemos el TLC, y aprovechemos lo demás

 

El TLC no tiene futuro, ni con renegociación de por medio


El TLC no tiene futuro, ni con renegociación de por medio, por la siguiente razón: renegociar un tratado de libre comercio tiene sentido si el resultado es una mayor apertura comercial, más libertad para los ciudadanos de los países involucrados para relacionarse comercialmente como más les convenga, sin ningún tipo de intervención gubernamental, y eso es a lo que Trump se opone. Para él renegociar el TLC supone, no mayor apertura, sino mayor cerrazón, no más libertad, sino más lastres y más obstáculos.

La propuesta trumpiana para gravar con un impuesto de 20 por ciento las importaciones de productos mexicanos hacia Estados Unidos es una violación al TLC (que supone la entrada libre de aranceles de los productos mexicanos a Estados Unidos) y, para colmo de males, una violación de las reglas de la Organización Mundial de Comercio, en lo que a la cláusula de nación más favorecida se refiere, que obliga a los países miembros de la organización a dar el mismo trato arancelario a todos los países. Si lo que Trump pretende es cobrar el impuesto solamente a las importaciones de productos mexicanos violaría la mentada cláusula, lo cual podría dar inicio de una guerra comercial, que a nadie conviene.

Con relación al citado impuesto, con el cual Trump pretende cobrarnos a los mexicanos la construcción del muro, hay que tener en cuenta que Trump no puede gravar a los exportadores mexicanos sino a los importadores estadounidenses, quienes intentarían traspasar el impuesto a los consumidores estadounidenses, quienes acabarían pagando por el muro. En el equipo de Trump, ¿nadie se dio cuenta?

Si aceptamos que el TLC no tiene futuro, ni con renegociación de por medio, ¿qué debe hacer el Gobierno mexicano? Denunciarlo (que es el término técnico que se usa para significar “salirse del TLC”), y aprovechar lo demás: los otros once tratados de libre comercio con 45 países, y los 32 acuerdos para la promoción y protección recíproca de inversiones. Ello, antes que cualquier otra cosa, generaría certeza.

Continuará