Derrota moral de Bonilla y Morena

 

Morena y Bonilla quedaron en ridículo por culpa de Yeidckol Polevnsky. El caso lo enredo y confrontó a su partido. Todo por quedar bien y abrirle paso a una situación “legal” como la justificó, en su momento, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, pero en el fondo perversa y fraudulenta.


Dobleces |

El revés a la intentona antidemocrática del gobernador Jaime Bonilla de extender su mandato a cinco años, fue un mensaje claro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al votar por unanimidad contra la otrora ley Bonilla. Existe un contrapeso a pesar de la concentración de poder por parte del Presidente. Además fue un golpe moral a Morena y a Yeidckol Polevnsky por el ridículo a nivel nacional con la mini consulta de octubre de 2019.

Cuando Morena estuvo en manos de Polevnsky Gurwitz, la consulta popular para preguntarle al “pueblo sabio” si apoyaban la extensión del mandato de Jaime Bonilla fue aprobada, avalada y financiada por altos funcionarios de la 4-T. Dinero desperdiciado y dañino para los ejercicios democráticos reales, al desgastar la figura de la consulta. Su caso sólo evidenció las debilidades intelectuales de una dirigente ansiosa de entronizarse y no entender el sistema electoral del país.

A final de cuentas, los ministros le dieron una bocanada fresca al sistema democrático mexicano para frenar un intento de prolongar el mandato de un gobernador y usarlo como laboratorio para una posible extensión de mandato del inquilino de Palacio en 2024. Pues el documento que el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó, ante notario en julio de 2019, es contra la reelección más no para evitar una extensión de mandato. Figuras completamente diferentes y por donde se buscó un escollo en las leyes para tal fin. Lo buscado era crear jurisprudencia y con ello retorcer el principio de no reelección.

Aunque los 11 ministros convalidaron un criterio del año 2006, en el que no se podía extender el mandato como tampoco recortarlo. Así se refrendó el orden democrático en la votación por unanimidad. Por ello es que esta maniobra fue considerada por el ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, como un “fraude a la Constitución”.

Además se debe considerar lo sorprendente de la respuesta de los ministros Yasmín Esquivel MossaJuan Luis González Alcántara Carrancá Margarita Ríos Farjat, afines a la cuatroté, no actuaron en función de los intereses del régimen, con ello al sublimar su simpatía por el proyecto de transformación evitó una polarización dentro del poder judicial.

Con este cierre al capítulo del bonillazo, los morenistas se institucionalizaron a la vieja usanza, el actual dirigente, Alfonso Ramírez Cuéllar y Ricardo Monreal celebraron la decisión de la corte y hacer valer la división de poderes.

Sólo Alejandro Rojas Díaz Durán reconoció las pifias de su partido al señalar que él criticó la decisión para detener la “reelección del gobernador Jaime Bonilla”. Además se consideró el primero en oponerse dentro de Morena “mientras que Yeidckol Polevnsky y la nomenclatura aplaudían la flagrante violación a la Constitución. Los radicales reeleccionistas son minoría en México”.

Morena y Bonilla quedaron en ridículo por culpa de Yeidckol Polevnsky. El caso lo enredo y confrontó a su partido. Todo por quedar bien y abrirle paso a una situación “legal” como la justificó, en su momento, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, pero en el fondo perversa y fraudulenta.

 

 

Israel Mendoza Pérez

https://www.dobleces.com

@imendozape