Desestabilizados

 

Ha sido evidente el agotamiento político que tiene este Gobierno


En su historia reciente México ha tenido la suerte de no sufrir ni los zarpazos de los golpes de Estado, ni los zarpazos del terrorismo, sin embargo, sí tuvo que confrontar una falsa guerra contra el narcotráfco detonada por Calderón.

Ahora hay que recordar que nuestro país tuvo insurgencia, de hecho el origen de la historia moderna de México es el éxito de los revolucionarios.

Aunque si en este momento examinamos todo lo que está sucediendo es necesario destacar algunas situaciones particularmente relevantes.

Primero fue el gasolinazo, que llegó después del mal humor social, el mismo que ha sido recogido por el Presidente y que nos deja ver de manera subconsciente que se siente maltratado.

Y es que, la propia campaña del cuarto aniversario de su sexenio lo dice todo: “las cosas buenas casi no se cuentan, pero cuentan mucho”. Y estoy de acuerdo, aunque para los gobernantes ese viejo dicho de “haz cien y no hagas una, y como si no hubieras hecho ninguna”, nos parece cruel pero es real.

Después ha sido evidente el agotamiento político que tiene este Gobierno, y es que a pesar de haber iniciado con grandes sorpresas e ilusiones, ahora todos estamos sumergidos en una enorme decepción.

Pero al margen de los errores del Gobierno, lo que observo en el panorama nacional son las razones para el enojo social, donde además hay una mano que mece la cuna y que busca desestabilizar al país.

Estoy seguro de que el salvaje que atropello a los policías en Rosarito, Baja California, no forma parte de una conspiración. Sin embargo, le recomendaría a los servicios de inteligencia que consideren que si bien el mundo está convulso por los ciberataques, nosotros estamos sufriendo a través de las redes sociales la difusión de la desestabilización que no hay que confundir con el legítimo derecho a la decepción que tienen los pueblos.

Si a eso se le suma el disparo que sufrió un funcionario del Consulado de Estados Unidos en Guadalajara, terminamos por darle un oportuno regalo a Trump justo en el momento en el que convence a los suyos de que de alguna u otra forma nos cobrará el muro.

Están pasando muchas cosas en diferentes planos, y eso no se acaba ni nombrando a un secretario, ni haciendo declaraciones. Se acaba con la reestructuración de los círculos de complicidad social que sólo se pueden establecer cuando hay un programa nacional compartido por la mayoría de los habitantes de un país.

Mientras tanto la situación nacional e internacional está servida para que vivamos en la desestabilización, el problema es que si tiene mucho éxito puede incluso sorprender a quien la está produciendo y generar unas consecuencias que nunca imaginó.