Discriminados

 

El trámite es lento e ineficiente. Las 2 primeras etapas consumen 2 horas y media...


Tuve la oportunidad de asistir a un evento académico internacional. Mi pasaporte estaba vencido, pero tenía 2 semanas para renovarlo y obtener el visado del país sede. Pedí cita al portal de la SRE. La fecha más próxima rebasaba 2 días mi plazo. Hablé por teléfono para explicar la situación, y se me hizo ver la inexistencia de una vía distinta. Todos los ciudadanos debíamos acogernos al mecanismo de la cita, pues es democrático e igualitario. Nadie gozaba de preferencias o excepciones. Lo lamenté, pero me pareció inobjetable.

El sábado pasado acudí puntual. El trámite es lento e ineficiente. Las 2 primeras etapas consumen 2 horas y media, siempre de pie. Familias con niños pasan las de Caín para controlarlos, pero ciertamente el orden de llegada se respeta. Para las 2 últimas, que consumen otro tiempo igual, ya se dispone de sillas. Hasta ahí todo fluía con cierto orden, cuando de pronto hizo su entrada directa un jugador de futbol, extranjero nacionalizado, uniformado con su camiseta amarilla. Toda una celebridad VIP. Nunca hizo fila, llegó a mediodía y terminó su trámite, el pasaporte de sus hijos, en menos de una hora. Imagine el desencanto de cientos de ciudadanos después de cuatro tediosas horas, al constatar la mentira oficial.

No es cierto que no haya preferencias. El tipo nos restregó la discriminación a los mexicanos, en nuestro país. No hubo reacciones ante lo sorpresivo de la aparición y la rapidez del trámite. Después, alguien pidió hablar con el delegado o el subdelegado. Ninguno estaba. Un empleado de vigilancia dio una explicación antológica: “entiendan, está concentrado por las semifinales. Lo dejaron salir ante la urgencia de un compromiso internacional del equipo”. Lo hizo debajo de un cartel con la leyenda: “Sólo se atiende con cita. No hay excepciones”.

FF